Catástrofe presente después de 15 años
01/10/2010 - 09:45
Editorial
Ayer se cumplieron 15 años de las inundaciones de Yebra y Almoguera, que causaron 10 fallecidos, nueve en la primera de las localidades y un camionero que murió en las inmediaciones de Almoguera, tras salirse el vehículo que conducía como consecuencia de la riada. En las retinas de los vecinos de ambas localidades alcarreñas están presentes las imágenes de las experiencias vividas como si acabaran de acontecer.
Aún no han olvidado los fatídicos hechos que se desarrollaron un día como el de ayer, hacia las seis de la tarde. Por la mañana, el sol era de justicia. Sin embargo, en el transcurso de un entierro en Yebra, recuerdan, comenzó a llover intensamente. La lluvia desbordó los arroyos de la Vega, Barbalés y Almoguera. Los pájaros se caían de los árboles por la fuerza de la lluvia. El manto de agua tapaba la visibilidad a escasos dos metros. De repente, llegó una avalancha enorme procedente de la zona de las Alcarrias, una pequeña colina desde la que el agua descendió de forma vertiginosa, originando en su desembocadura, y tras abatir los muros de una finca situada en el margen de la carretera que procede de Fuentenovilla, una gigantesca ola de tres metros de altura que arrasó con todo lo que se interponía en su camino. La fuerza que llevaba fue tal que los coches salieron despedidos y fueron arrastrados hasta una decena de kilómetros. Sin embargo, gracias a Dios comentan en la zona, la Confederación ha encauzado los arroyos y levantado diques con la suficiente altura como para que un hecho similar no se vuelva a producir. Aún así el miedo es libre y, cada vez que llueve fuerte, sus vecinos miran al cielo, y a la tierra; rezan para que algo así no vuelva a suceder, en una zona en la que la vida cotidiana es apacible y no suceden hechos extraordinarios más allá que los que salen de las conversaciones de los bares y las puertas de las casas: un nacimiento, una boda o un funeral, hechos que, algunos por fortuna, y otros por desgracia, tienen lugar de forma natural, y, en muchos casos, accidental. xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx