Cercanías
01/10/2010 - 09:45
El comentario
JESÚS BLANCO, Periodista
La capital de España, Madrid, está desde el lunes un poco más cerca de Guadalajara. Ya sé que las distancias no han cambiado y que los mapas siguen marcando 55 kilómetros desde la Puerta del Sol hasta nuestra ciudad, pero aunque los kilómetros son los mismos, los tiempos no. Uno de los medios de transporte público más utilizado, el tren, aumenta su oferta en la línea de cercanías lo que hace posible este acercamiento.
A primera o última hora del día los viajeros esperaban un tiempo razonable hasta que llegaba el convoy, pero el resto de la jornada uno llegaba a cabrearse esperando, por ejemplo en Atocha, hasta que el cartel anunciaba Guadalajara. Sales de trabajar con ganas de llegar cuanto antes a casa o vas, siempre con prisa, a Madrid a realizar cualquier gestión y no es sinceramente agradable tener que dejar pasar trenes que no puedes coger. Destino Alcalá, Destino Alcalá, Destino Alcalá, así una y otra vez hasta que por fin aparece uno para Guadalajara. Bueno, pues parece que esto empieza a cambiar ya que desde el lunes hay 26 trenes más cada día para Guadalajara y la frecuencia de paso se acorta de 30 a 15 minutos durante la mayor parte del día. Tan sólo a horas de baja utilización se mantiene la media hora de espera.
Pero esta buena noticia queda ligeramente empañada por el incumplimiento de una promesa que RENFE hizo hace año y medio. En precampaña electoral utilizó a un candidato socialista, Jesús Alique, para anunciar 24 trenes semidirectos Civis entre Madrid y Guadalajara cuando terminasen las obras del túnel de Sol. Han terminado las obras, se modifica la línea de Cercanías, pero seguimos sin Civis. Ahora echan mano de otra obra para excusarse, la conexión con Barajas. No es lógico que se juegue de esta manera con el usuario del tren. Entre Guadalajara y Madrid hay una distancia suficiente como para incrementar los semidirectos y evitar el rosario de estaciones que separan ambas ciudades y que han convertido a esta línea en algo más parecido al metro que al tren.
Por cierto no quiero olvidar a los viajeros de Yunquera, Jadraque, Humanes, Mandayona o Sigüenza que aunque no son tantos como los de Cercanías también tienen derecho a un transporte público decente y a los que la llegada del AVE está condenando. La línea tradicional está siendo olvidada por RENFE y cada año sufre un nuevo recorte que, sospecho, acabará por eliminar los pocos trenes que ya paran en sus estaciones. O espabilamos o nos quedamos sin tren a Sigüenza, sin lanzaderas de AVE y con una estación de Alta Velocidad enclavada a varios kilómetros y en una ciudad semifantasma. En Cuenca se están dando cuenta y ya recogen firmas para evitar que su estación de AVE esté a 2 kilómetros del Centro, la nuestra está a 6 ó 7.
Pero esta buena noticia queda ligeramente empañada por el incumplimiento de una promesa que RENFE hizo hace año y medio. En precampaña electoral utilizó a un candidato socialista, Jesús Alique, para anunciar 24 trenes semidirectos Civis entre Madrid y Guadalajara cuando terminasen las obras del túnel de Sol. Han terminado las obras, se modifica la línea de Cercanías, pero seguimos sin Civis. Ahora echan mano de otra obra para excusarse, la conexión con Barajas. No es lógico que se juegue de esta manera con el usuario del tren. Entre Guadalajara y Madrid hay una distancia suficiente como para incrementar los semidirectos y evitar el rosario de estaciones que separan ambas ciudades y que han convertido a esta línea en algo más parecido al metro que al tren.
Por cierto no quiero olvidar a los viajeros de Yunquera, Jadraque, Humanes, Mandayona o Sigüenza que aunque no son tantos como los de Cercanías también tienen derecho a un transporte público decente y a los que la llegada del AVE está condenando. La línea tradicional está siendo olvidada por RENFE y cada año sufre un nuevo recorte que, sospecho, acabará por eliminar los pocos trenes que ya paran en sus estaciones. O espabilamos o nos quedamos sin tren a Sigüenza, sin lanzaderas de AVE y con una estación de Alta Velocidad enclavada a varios kilómetros y en una ciudad semifantasma. En Cuenca se están dando cuenta y ya recogen firmas para evitar que su estación de AVE esté a 2 kilómetros del Centro, la nuestra está a 6 ó 7.