Checa y Chequilla

10/11/2017 - 12:00 Luis Monje Ciruelo

Desde Chequilla a Peralejos de las Truchas se puede ir por un camino rural de bellos paisajes desconocidos aunque no es aconsejable hacerlo con coche nuevo.

Si no estuvieran tan lejos de la capital de provincia y, por tanto de Madrid, ese rincón de la provincia, que es una sinfonía de rocas, pinares y barrancos, sería una de las comarcas más turísticas de la provincia. Ya lo es bastante, aunque sólo sea por el eufónico nombre de parque del Alto Tajo al que pertenece. Alta y bien alta es la comarca, en la que Checa está a 1.370 metros de altitud y Orea a 1.499, el mas alto de la provincia, además de que Checa, un pueblo muy bien urbanizado fue, con mucho fundamento uno de los candidatos a “pueblo más bonito” porque parece por su blancura un pueblo andaluz por sus casas enjalbegadas,  con  un río, el Genitores, que nace en sus afueras, cruza por mitad del pueblo creando cinco o seis cascadas y pasando por  media docena de puentes, con un agradable entorno de praderas y manantiales y frondosas huertas y arboledas a lo largo de la vega del Cabrillas, entre Checa y Chequilla. Esta aldea, cercana a Checa merece punto y aparte porque aunque no llega a los cincuenta habitantes, posee un entorno de singulares rocas areniscas de color rojizo que le sirven de pórtico al llegar y salpican sus alrededores, promocionándole una singular identidad, como es una original plaza de toros en la que los espectadores se sientan en tendidos de roca pura. Desde Chequilla parte una carreterita de 13’5 kilómetros, mas bien camino rural, que permite  ir desde Chequilla a Peralejos de las Truchas por bellos paisajes desconocidos aunque no es aconsejable hacerlo con coche nuevo. El camino, más bien trocha o vereda, hay que abadonarlo a la altura de Megina para saltar a  la margen izquierda del Cabrillas que pocos kilómetros más allá se une en término de Peralejos con el Tajo antes del puente de Martinete.
    Un recorrido que me hubiese encantado hacer a pie  quizá porque ahora no puedo. En el viaje a Checa hay que contar con el aliciente  de conocer Molina, con su bella estampa de ciudad/fortaleza  con contemplada desde la carretera del Alto Tajo con el Alcázar coronado por la Torre de Aragón, sin olvidar que en Rillo de Gallo, a unos treinta metros de la carretera, dando a una huerta, se ve una original fachada que si no hubiera muerto hace años, creeríamos construida por el famoso arquitecto de la Sagrada Familia, de Barcelona, Antonio Gaudí .