Cinco millones, cinco

27/04/2011 - 00:00 Julia Navarro

  Hay cifras que son simbólicas y cinco millones de parados es una cifra que enciende todas las alertas, que nos vuelve a dar de bruces contra la realidad. La cifra pone los pelos de punta, tanto que no se entiende que los partidos se enzarcen en debates estériles con el solo objetivo de conseguir votos para las elecciones. Y es que pese a que el Gobierno nos había dicho que no, que no llegaríamos a la cifra de cinco millones de parados, parece que ya la estamos rozando según la EPA(Encuesta de Población Activa) que se va a conocer en los próximos días. Y por favor que nadie intente restar importancia al asunto si en vez de cinco millones redondos de parados hay cuatro millones novecientos mil.
   Lo primero que cabe preguntarse es si todas las medidas adoptadas por el Gobierno no han servido para nada. Porque es cierto que el Gobierno, con su presidente en cabeza, reaccionó tarde y mal ante la crisis por el empeño infantil de negar que esta existiera. Pero siendo esto verdad también lo es que en los últimos meses Zapatero viene aplicando las recetas que le vienen dadas tanto por la Unión Europea como por el Fondo Monetario Internacional y demás instituciones que tienen voz en esta crisis. De manera que cabe preguntarnos porque no funcionan estas medidas en lo principal que es en la creación de empleo.
   Acaso estas recetas no sean las adecuadas o acaso sean isuficientes, pero el caso es que no están dando los frutos deseados. Lo cierto es que cinco millones de parados es una cifra que se nos había dicho que no íbamos a alcanzar, e incluso las últimas intervenciones públicas del presidente Zapatero desprendían su habitual dosis de optimismo como si estuviéramos a punto de remontar la tragedia de la crisis. A esto hay que añadir que los bancos continúan sin dar crédito a los pequeños y medianos empresarios, y no les digo ya a los autonómos, amén de la presión fiscal que acogota a estos pequeños y medianos empresarios. Yo no sé que nos va a decir el Gobierno si se confirma que efectivamente ya estamos rondando los cinco millones de parados, pero si se que los ciudadanos tenemos que exigir a nuestros políticos, a todos, que su principal ocupación sea la de buscar una salida a la crisis y a evitar esta sangría que supone el paro. Porque más allá de ese plan contra el fraude del empleo sumergido supongo que habrá que hacer algo más.
  Y vaya por delante que me parece imprescindible luchar contra la economía sumergida, aunque sin duda hay gente que no tiene otra manera de subsistir que con pequeñas chapuzas que le van saliendo. Porque no es lo mismo que una empresa tenga trabajadores sin declarar que el que un parado intente sacar unos euros para poder sobrevivir haciendo chapuzas. También me pregunto que sería de tantos y tantos parados si muchos de ellos no tuvieran el colchón de la familia. Porque en estos tiempos de crisis la familia se ha convertido en el refugio de quienes han perdido el empleo, de los que no puede pagar la hipoteca del piso, de los que se han quedado sin perspectivas de futuro. Hay muchos jóvenes, y no tan jóvenes, que han vuelto a casa de los padres, algunos con sus propios hijos, y viven todos de la pensión de los abuelos. Por otra parte en estos momentos muchos jóvenes están emigrando en busca de empleo. Son jóvenes sobradamente preparados. E
  s decir estamos dejando escapar la "inteligencia" porque en nuestro país no hay oportunidades. Pero no solo se van los jóvenes, se va todo aquel que se siente con fuerzas para intentar empezar de nuevo. Creo que por encima de los intereses electorales de cada cual, y de las rencillas políticas habituales, los partidos políticos tienen la obligación de afrontar juntos el problema, insisto en lo de sin intentar sacar réditos electorales. Cinco millones de parados es una tragedia. Muchos de éstos parados puede que vuelvan al mercado de trabajo pero otros muchos se quedarán fuera del sistema: los parados que hayan cumplido los cincuenta, los menos cualificados, los más jóvenes....
   E insisto que esto es una tragedia. Cinco millones, cinco, sí, cinco millones de seres humanos que aguardan expectantes una solución a un problema que no es solo suyo, que ya es de todos y que por tanto necesita una respuesta de quienes tienen la responsabilidad de gobernarnos o que aspiran a hacerlo. Lo que no se puede es pasar por alto por esos cinco millones de parados, mirar hacia otro lado, y esperar tiempos mejores. Esos cinco millones de parados necesitan una respuesta ya, peor no una respuesta infantil y voluntarista sino una respuesta real. Y por favor que el Gobierno no nos diga nunca más que no llegaremos a tal o cual cifra de paro. Como profetas son un fracaso.