Coches sin enchufe
Mucha lotería debería tocarnos en Navidad para cerrar el año con 120.000 nuevos vehículos eléctricos puros y alcanzar el hito de cinco millones en 2030.
Tanta chapa gubernamental con los coches eléctricos y resulta que apenas lo son del todo el 3% de los vendidos desde enero, según la patronal Anfac. En el Señorío se suele ver el de un hacendado del Alto Tajo y algún otro venido de los madriles en plan farde. Obvio: no son para todos los bolsillos, no se pueden recargar y resultan poco apañados en estos pagos en comparación con todoterrenos y algún “cuatrolatas” superviviente.
El precio medio de estos vehículos -apenas 95.660 de los 25 millones matriculados en España- supera los 40.000 euros, cuando los hogares ingresan de media 30.690 euros al año, según el INE. Además, se ha disparado el precio de la santísima trinidad de sus componentes (litio, níquel y cobalto) y las subvenciones del plan Moves apenas alcanzan los 7.000 euros si se achatarra uno viejo.
Mucha lotería debería tocarnos en Navidad para cerrar el año con 120.000 nuevos vehículos eléctricos puros y alcanzar el hito de cinco millones en 2030 para reducir las emisiones marcadas en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Por no tener, la comarca carece de alguno de los 15.772 puntos de recarga distribuidos por todo el territorio español. La alternativa son los privados, de instalación compleja y con una factura, sin contar la posterior energética, de 1.000 euros.
Mientras llegan estos ingenios, no exentos de emisiones contaminantes previas, y electrogasolineras con enchufes, el autobús a Guadalajara adelanta la salida a las 6. Nada como un buen madrugón a bajo cero este invierno para pacientes camino del hospital y luego dormir un rato en la sala de espera.
La jugada se completa con el anuncio estatal de que en 2023 los clasificados como A, B o C (algunos comprados hace un año), no podrán circular por ciudades de más de 50.000 habitantes. Menos mal que se podrá ir a votar en el viejo coche de San Fernando.