Compromiso con la igualdad

12/03/2022 - 16:26 Redacción

Este 8-M ha de servir, al menos, para hacer examen de conciencia y rectificar lo que se hace mal muchas veces por simple costumbre. 

La pandemia o la guerra de Ucrania, situaciones que han trastocado la vida a la humanidad, no deben, sin embargo, desviarnos de ese objetivo que como sociedad avanzada, seria, responsable y concienciada perseguimos desde hace ya tiempo de lograr  la igualdad efectiva, en derechos y oportunidades, entre  hombres y mujeres. El 8 de marzo es ocasión para recordar que pese a los grandes avances conseguidos debe perseverarse en las políticas que faciliten o propicien esa meta compartida. Es día, o días, porque los actos se prolongan durante varias jornadas, de analizar la situación, valorar los resultados obtenidos, proponer ideas, seguir sensibilizando, instando tanto a los responsables políticos como a cada uno de los ciudadanos a comprender  la importancia de las acciones que llevan a cabo en las que deben incorporar la perspectiva de género. Son muchos y muy variados los aspectos a tener en cuenta. Potenciar, por ejemplo, la conciliación de la vida familiar y laboral es uno de los elementos clave para evitar que muchas mujeres vean frenado su desarrollo profesional, implicar más a los hombres en el cuidado de las personas dependientes o mayores en el núcleo familiar y  en las tareas domésticas ayudará a que la mujer tenga más disponibilidad de tiempo para opositar o centrarse en sus aspiraciones profesionales. Reducir la brecha salarial, visibilizar la importancia a lo largo de la historia de las mujeres, educar desde la infancia en hábitos y principios, son algunos de los pasos para ir logrando esa transformación social que necesita de la implicación de hombres y mujeres. ‘Todos tenemos la llave’ reza el slogan de este año con el que se pretende sensibilizar sobre la importancia de la conducta individual de cada persona en los actos de su día a día en casa o en el trabajo porque la igualdad no se construye solo desde las grandes decisiones legislativas o iniciativas públicas sino también desde las rutinas que muchas veces de manera inconsciente contribuyen a la desigualdad. Este 8-M ha de servir, al menos, para hacer examen de conciencia y rectificar lo que se hace mal muchas veces por simple costumbre.