Con renglones torcidos

10/01/2012 - 00:00 Carmen Tomás



  Es pronto para evaluar el plan de gobierno de Rajoy. Las primeras medidas que vamos conociendo nos han dejado algo fríos. Por un lado, hay que alabar ese esfuerzo de casi 9.000 millones de euros de recorte en el gasto de todos y cada uno de los ministerios. Pero, por otro, hay que lamentar la subida de los impuestos sobre la renta y el capital. Va a ser un esfuerzo añadido para las familias bastante insoportable en una situación de los presupuestos familiares bastante dañado por la inacción y la mala gestión del dinero público de la era Zapatero.


  La razón ya la vamos sabiendo aunque no del todo. Falta pedagogía a los ciudadanos y menos paños calientes a los gobernantes salientes. Y falta sobre todo un esfuerzo mucho mayor del sector público. Se van dando pasos, aunque insuficientes por el momento. Ahora estamos a la espera de la reforma laboral. El plazo fijado por Rajoy a los agentes sociales para que lleguen a un acuerdo y quizás a la hora de cerrar esta columna se decida que el tiempo del diálogo se agotó y que el gobierno, como ha prometido, va a legislar. Más nos valdría que así fuera, porque en este terreno no caben las medias tintas. De eso ya hemos tenido y no ha funcionado.


  En la reforma del mercado de trabajo como en la del sistema financiero no puede haber tembleque. Hay que ir a por todas y en estos primeros 2-3 meses de nuevo gobierno. Parece que los mercados están valorando bien lo anunciado hasta ahora. No obstante, se antoja escaso dado que por la insensatez, irresponsabilidad y mentiras de Zapatero lo que iba a ser un ajuste de algo más de 16.000 millones, ahora tendrá que ser de un 25 por ciento más, es decir, 40.000 millones.


  Lugares de dónde sacar el dinero hay, aunque también hay que decir que cerrar empresas, organismos, fundaciones, subvenciones, etcétera lleva un tiempo. Estamos a la espera de las explicaciones y también de nuevas medidas que logren que este gobierno se gane la confianza de los mercados, pero también la de los ciudadanos que han puesto todas sus esperanzas en el plan de Rajoy para sacarnos de ésta. De momento, no pedimos la luna, que sería llegar a lo ocurrido en Alemania con su última subasta de deuda en la que en lugar de pagar, le ha proporcionado un beneficios de casi 250.000 millones de euros. ¿Quién los pillara? Para hacerlo algún día hay que poner mucha carne en el asador y no temblar a la hora de adoptar todas y cada una de las medidas que nos saquen de la crisis y que regeneren este país de arriba abajo.