Con viento fresco

16/07/2012 - 00:00 Santiago López Castillo




Hasta cuando llegue septiembre, que era una canción melódica de Bobby Darin. De modo que sus señorías se están marchando para solazarse con la prima y la sobrina de la deuda que pagamos todos menos ellos. El personal, pues, está que bufa, aun reconociendo la hiperactividad del Gobierno de Rajoy, su buena voluntad y empeño por remontar la crisis, ¿qué crisis?, que diría Zapatero en estado puro emulando a Supertramp. El pufo que dejó el Ejecutivo socialista -España, en bancarrota- no se lo salta un gitano. Váyanse esa pandilla de manirrotos, sálvese el que pueda, incluido Rubalcaba y sus cuates, quien ahora tiene soluciones para sacar a este país adelante cuando en ocho años estuvo mirando al tendido.

  Pero sin apuntar con el dedo, que es de mala educación, decía mi padre, la casta política tiene la asignatura principal: recortar los sueldos, sus prebendas, sus viajes, hay muchos Dívar sin dimitir, las corruptelas, los coches oficiales… Antes se decía vives mejor que un cura y a pocos mortales se les puede espetar con vives mejor que un político. Es una casta y ellos -no les falta razón- se definen, con hipocresía, como representantes de la soberanía popular. Pero, ¿qué ejemplo dan? That is the question.

  En España, ojo al dato, hay 80.000 personas dedicadas profesionalmente a la política. En concreto, a lo largo y ancho de la geografía nacional tenemos 8.112 alcaldes, 65.896 concejales, 1.206 parlamentarios autonómicos, 1.031 diputados provinciales, 650 entre diputados y senadores, 139 responsables de Cabildos y Consejos insulares y 13 consejeros del Valle de Arán

  . Según los verificadores de estadísticas, tenemos más políticos por habitante que ningún otro país de la Unión Europea. Sus salarios, derroches y privilegios cuestan a los contribuyentes -o sea, usted y yo- unos 720 millones de euros anuales. Desglosando este presupuesto, encima en tiempos de crisis, la paga “cuartelera” de los diputados se reduce, es un decir, a 2.813, 87 euros al mes, cantidad aparentemente no excesiva, si no fuera porque hay que sumarle jugosos extras en forma de complementos y dietas.

  ¿Y qué decir de las pensiones de sus señorías? Con siete años en el escaño/escoño se jubilan llevándose una pasta gansa. ¿Y los españolitos que han trabajado toda una vida y llegan “al máximo” -tope, stop- para recibir las prestaciones de la Seguridad Social? Urge la regeneración política. Venga de donde venga. De tal partido o de cualquier otro. Entre la prima de riesgo, la sobrina y la tricampeona del Mundo, que es España, mientras la Francia gabacha agita portadas de periódicos con un “… pero no tienen un duro”. Resentidos. Su impotencia en un guiñol.

  PD.-Y vergüenza da la indigente cultural Leire Pajín, que dice se va de la política, llevándose los sueldos de ex ministra y ex senadora, más el correspondiente de haber sido secretaria de Estado, para irse a una institución de cooperación internacional cobrando una pasta gansa, ella que dio cantidades ingentes a numerosas organizaciones, la misma que se manifestaba en favor de los trabajadores… Jeta.