Conducir ‘bebido’ se paga caro

El porcentaje de conductores pillados ha sido inferior al del mismo periodo del año pasado. Sin embargo, la cifra sigue siendo preocupante, porque el riesgo de accidente es muy superior y porque, al fin y al cabo, no dejan de ser 700 vehículos que estaban transitando tranquilamente por la red provincial de carreteras, sin que sus conductores fueran realmente conscientes del riesgo que supone conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas. Con todo, y pese a las duras campañas de la DGT, y pese a que la sociedad cada vez está más mentalizada de que alcohol y volante son incompatibles, todavía existen algunas personas que siguen diciendo aquello de “yo controlo, aunque haya tomado unas copas”. A este reducto es a quién van las duras sanciones establecidas que, atendiendo a la aplicación del Código Penal, pueden derivar en cárcel. Un justo castigo para aquellos que ponen en riesgo, no sólo su vida, sino la de los demás, conduciendo en un estado en el que el control del vehículo es mínimo.