¡Confesión!

15/08/2011 - 12:34 Antonio Pérez Henares

 
Por lo que oigo son estos tiempos propicios para la confesión. En el retiro han puesto 200 confesionarios para los jóvenes cristianos. Pero aunque yo por allí no tengo intención de ir, que estoy muy agustito en la cabaña del monte, puestos a confesarse habrá que decir de entrada que uno tira a agnóstico, aunque sin demasiado entusiasmo. La cosa anticlerical producto tal vez de la educación jesuítica en niñez y pubertad, que luego en la madurez agradecí en lo que valía, se me pasó ya hace tiempo y superados los hervores en tal dirección empecé a mirar las religiones con un punto de comprensión antropológica, aunque el cabreo de haber sido históricamente motivo de matanza e imposición no acabo de perdonarlo del todo y más cuando miro a Jerusalem, la ciudad santa para las tres monoteístas y donde más sangre han vertido los teócratas en nombre de sus dioses. Los aztecas y algunos otros por ahí tampoco es que se quedaran mancos. Pero imposiciones teocráticas aparte, que es lo que más me aleja y repugna del Islam, ahora el más empeñado en el asunto, he ido suavizando iras y apreciando matices. Amén de que cosas como la Navidad, lo de nuestras vírgenes, las ermitas románicas o las catedrales góticas me resultan emocionalmente y espiritualmente muy queridas y cercanas. O sea, que lo de perseguir curas o enfadarme con los santos no lo práctico ya ni metafóricamente hablando. Es más, cosas que he visto por esos mundos dejados de muchas manos y amparados por algunas religiosas me han hecho sentir un enorme respeto y admiración. Otras, por el contrario, de jerarquías e integrismos me ha seguido tirando para atrás. Pero vamos, lo dicho. Agnóstico no practicante. Para las preguntas eternas que hicieron al primate al hombre, la conciencia de su propia vida y de su inevitable muerte, no tengo respuesta, ni para el universo ni lo absoluto, ni lo ilimitado. Pero Dios no es tampoco mi respuesta. Para otro muchos sí. Por aquí, entre las gentes que he nacido y vivido, el Dios cristiano, el católico por poner más apellidos. Y ahora viene su Papa a Madrid a una especie de asamblea mundial de jóvenes. Y claro, a mí me parece muy bien. Que lo disfruten. Me pilla un poco lejos la cuestión. Y interesarme me interesa más bien poco lo que diga sobre sus cosas estrictamente religiosas. Algo más, porque su influencia es desde luego muy grande, sobre la sociedad en general y eso si puede tener importancia. No me gusto nada, por ejemplo, aquel pronunciamiento contra el condón en los tiempos del Sida. Pero en lo que atañe a sus cosas teológicas y su Fé no tengo nada que decir, yo no soy de su club. No me atañe. Por eso me deja perplejo la excitación con que parte de la progrería española afronta esta visita. Están más "calientes" que propia clientela papal. Les "pone" muchísimo, debaten con frenesí, se corroen, la hacen objeto de su obsesión es sus teles y programas de cabecera y hasta le montan manifestaciones en contra. Ah! Y mienten una barbaridad. Se les nota y lo sé. Dicen que es por la pela y por el dispendio y que son "laicos" y tal, y tal y tal. Pero no. Se les cala sin casi necesidad de mirar por muchas correctas declaraciones que hagan de políticamente correctos que son. Exudan irritación y destilan un cabreo monumental y por mucho que lo disimulen se les ve el plumero de si pudieran echar mano a la lata se irían contra el cirio. Y eso es lo que no acabo de entender. Confieso que tampoco soy 'gay' y tampoco he ido a sus manifestaciones pero no ir no signifique que no dejen de parecerme divertidas y coloridas y que ruidos y quejas vecinales aparte casi forman ya parte del acerbo cultural madrileño. No iré, claro, a esta papal de Madrid. Pero a la que desde luego jamás se me pasaría ni por lo más remoto apoyar o acudir es a una en contra. A esa pantomima de 'viacrucis', que no es otra cosa que un insulto a unas creencias (¿por qué no se les ocurre de paso montar unos 'gags' sobre Mahoma?) o a esa presunta marcha laica. Se pongan como se pongan de estupendos y de 'progres', lo que babean es intolerancia y falta de respeto a los demás. Pero, claro, ahora que caigo es que ellos son ahora la verdad absoluta, la palabra revelada. ¡Que cosas ¿no era eso mismo el Papa? . ¿A ver si esto , al final, va a ser un pique entre "iglesias", la suya, la Atea y la del Papa ?.