Confianza ¿qué confianza?
01/10/2010 - 09:45
CALENDARIO
Pedro Villalar
Una institución pública de crédito ha ideado un indicador de confianza que supuestamente mide la disposición psicológica de los ciudadanos ante su porvenir económico.
El invento es curioso porque todos los sociólogos saben la gran dificultad que acarrea describir objetivamente estados de ánimo colectivos, que son conceptos claramente subjetivos. Pero en este caso la iniciativa ronda el disparate.
El último de los índices publicados, el mismo día en se conocía la cifra del desempleo de mayo y cuando ya la duda estriba en si la crisis, que tiene verdadera gravedad, llegará o no a convertirse en recesión, afirma que sólo el 43% de los encuestados se manifiestan optimistas y confiados.¿Acaso este 43% de los encuestados no lee periódicos ni asiste al griterío de la opinión pública, lógicamente alarmada por la situación? El dato es simplemente absurdo. Y es que semejantes encuestas pueden tener sentido cuando evalúan una medida concreta o una política determinada, pero la idea genérica de confianza, que es frágil y poliédrica, resulta demasiado vaporosa para que alguien tenga la pretensión de convertirla en un rígido y solvente indicador.
El último de los índices publicados, el mismo día en se conocía la cifra del desempleo de mayo y cuando ya la duda estriba en si la crisis, que tiene verdadera gravedad, llegará o no a convertirse en recesión, afirma que sólo el 43% de los encuestados se manifiestan optimistas y confiados.¿Acaso este 43% de los encuestados no lee periódicos ni asiste al griterío de la opinión pública, lógicamente alarmada por la situación? El dato es simplemente absurdo. Y es que semejantes encuestas pueden tener sentido cuando evalúan una medida concreta o una política determinada, pero la idea genérica de confianza, que es frágil y poliédrica, resulta demasiado vaporosa para que alguien tenga la pretensión de convertirla en un rígido y solvente indicador.