Consultas populares en los municipios

20/03/2016 - 23:00 Redacción

Es costumbre en nuestra democracia ir cada cuatro años a las urnas para elegir a nuestros alcaldes o presidentes de los gobiernos regional y nacional. Sin embargo existe la opción de los referéndum o consultas a los vecinos sobre temas concretos para en cualquier momento conocer sus preferencias. Constituye un instrumento complementario de participación directa de los gobernados en los asuntos públicos que mejora la calidad democrática de nuestra sociedad. Vaya nuestro aplauso pues a los municipios que como Torrejón del Rey y Cabanillas del Campo han preguntado estos días sobre el modelo de fiestas en el pueblo y cómo prefieren que se gasten el presupuesto los ediles. La participación llegó al 22% en Torrejón y a apenas un 10% en Cabanillas, lo que hace preguntarse si existía la necesidad de suscitar el consecuente debate e inevitable discusión, cuando no enfrentamiento, entre los consultados. Los datos, casi de abstención en Cabanillas, demuestran falta de interés, incluso fracaso de la iniciativa . La segunda interrogante, en unos momentos en que lamentablemente empieza a adquirir proporciones preocupantes la campaña contra la fiesta nacional, es sobre la verdadera finalidad de unas preguntas aparentemente inocentes. Opinar sobre si se debe gastar tanto en el concierto estelar de las fiestas o dedicar más a otras actuaciones no es juzgar la actuación en sí, pero en el caso de los toros, todos sabemos que son otras las susceptibilidades. Los resultados, muy distintos en Torrejón que en Cabanillas, no han sido en ningún caso contundentes y se diluyen aún más por la escasa asistencia a las urnas, ridícula en el caso de Cabanillas, por lo que no se pueden extraer grandes titulares ni interpretar cuáles son los sentimientos o gustos mayoritarios. Las fiestas son uno de los momentos más importantes del año en cualquier sitio y es bueno que sean del agrado de la gran mayoría. Plantear interrogantes debe servir para aunar criterios y hacer de la fiesta ocasión de confraternización y no causar el efecto contrario.