Contra la manipulación
01/10/2010 - 09:45
Cartas al director
JOSE MANUEL BELMONTE Guadalajara
Estimado Señor Llamazares: Le escribo a propósito de la manipulación de su imagen por parte del FBI. Quiero manifestar mi consternación por lo sucedido y mi esperanza por lo que le voy a decir. Considero lo sucedido una verdadera chapuza. Tiene usted todo el derecho de cabrearse y de exigir explicaciones.
¡Qué digo explicaciones! Me parece bien que pida usted amparo, como diputado, y que el Congreso apoye su demanda. ¡Nadie puede tomar la imagen o el pelo (nunca mejor dicho) a un diputado y manipularlo a la ligera!
Cada uno se parece a sí mismo, y nadie tiene derecho, mediante el photoshop o el collage a hacer que se parezca a otro; sea Mr. Bean , Ben Laden o Sofía Loren. Es una falta de respeto, que además es pública, para mayor escarnio. Sé que ha exigido usted una investigación seria y explicaciones públicas suficientes al más alto nivel. ¡No faltaría más! Por supuesto, hace bien en reservarse el derecho de actuar, por los cauces que estime pertinentes, para que su imagen y su honor se vean restablecidos.
Dice usted que más que enfadado se siente amenazado, con esa manipulación y esa comparación, con esa cara que le han puesto bajo su pelo. Efectivamente, ¡No parece muy ético! Supongo que también estará de acuerdo, en que yo pueda plantearle a usted algún interrogante. Recuerdo muy bien su intervención en el Congreso el día 17 de diciembre. Yo no soy una foto, soy un ser humano.
Verá Sr. Llamazares, mi caso es parecido al suyo, pero mucho peor. A mi no me han manipulado la imagen, ¡qué más quisiera yo!. A mi me han manipulado la existencia. ¿Me podía indicar a quien debo recurrir o a quien debo pedir amparo? A mi no me han hecho photoshop, me han hecho trizas. ¡Ya no me parezco a usted! Ahora no me parezco a nadie. ¿Por qué no encarga usted una investigación seria, es decir científica, sobre mi vida y sobre lo que a mí me han hecho? ¿No cree que estoy en mi derecho de pedírselo, puesto que usted ha sido uno de los más fervientes defensores de ese asalto a mi intimidad y mi mismidad? Me temo que estoy en inferioridad de condiciones, porque usted va a exigir explicaciones, y compensaciones, pero a mi de nada me van a servir ni las explicaciones ni las compensaciones. Usted y otros diputados dicen que mi madre tiene derecho a interrumpir su embarazo. Pero a mi no me ha interrumpido, me ha quitado de en medio. ¿Cómo me va a compensar ella, usted y los señores que han votado mi interrupción? ¿Por qué son tan cobardes de llamar interrupción voluntaria, si es muerte?.Cambiar el sentido de las palabras no cambia la realidad. Siento mucho que usted se sienta amenazado y en peligro. Yo, con su voto, no me he sentido para nada amenazado, sino realmente eliminado.
Hay un abismo entre la posibilidad y la realidad. Usted es un ser humano que además es diputado. ¿Me puede explicar cómo puedo llegar a éste mundo, si gracias a usted y quienes como usted han votado, pueden abortarme cualquier día durante 22 semanas o más?
Dicen que ustedes están en su derecho. Sin embargo,yo estoy deshecho. ¿Quién es usted para quitarme mi derecho a vivir?
Señor Diputado cuente con mi apoyo para que muy pronto su imagen sea respetada, y nadie pueda tocarle a usted ni un pelo, ni siquiera virtualmente. Espero que dedique un poco de su precioso tiempo a hacer que yo, y los 115 mil que hemos padecido esa manipulación, y los futuros, podamos gozar de la vida realmente.
Antes de terminar señor Llamazares, quiero que sepa mi nombre. Gracias a usted, y a los compañeros diputados, mi nombre es: NINGUNO. Tampoco tengo apellidos. Pero no lo olvide: ¡tengo derecho a tenerlos: vida, nombre y apellidos!
Cada uno se parece a sí mismo, y nadie tiene derecho, mediante el photoshop o el collage a hacer que se parezca a otro; sea Mr. Bean , Ben Laden o Sofía Loren. Es una falta de respeto, que además es pública, para mayor escarnio. Sé que ha exigido usted una investigación seria y explicaciones públicas suficientes al más alto nivel. ¡No faltaría más! Por supuesto, hace bien en reservarse el derecho de actuar, por los cauces que estime pertinentes, para que su imagen y su honor se vean restablecidos.
Dice usted que más que enfadado se siente amenazado, con esa manipulación y esa comparación, con esa cara que le han puesto bajo su pelo. Efectivamente, ¡No parece muy ético! Supongo que también estará de acuerdo, en que yo pueda plantearle a usted algún interrogante. Recuerdo muy bien su intervención en el Congreso el día 17 de diciembre. Yo no soy una foto, soy un ser humano.
Verá Sr. Llamazares, mi caso es parecido al suyo, pero mucho peor. A mi no me han manipulado la imagen, ¡qué más quisiera yo!. A mi me han manipulado la existencia. ¿Me podía indicar a quien debo recurrir o a quien debo pedir amparo? A mi no me han hecho photoshop, me han hecho trizas. ¡Ya no me parezco a usted! Ahora no me parezco a nadie. ¿Por qué no encarga usted una investigación seria, es decir científica, sobre mi vida y sobre lo que a mí me han hecho? ¿No cree que estoy en mi derecho de pedírselo, puesto que usted ha sido uno de los más fervientes defensores de ese asalto a mi intimidad y mi mismidad? Me temo que estoy en inferioridad de condiciones, porque usted va a exigir explicaciones, y compensaciones, pero a mi de nada me van a servir ni las explicaciones ni las compensaciones. Usted y otros diputados dicen que mi madre tiene derecho a interrumpir su embarazo. Pero a mi no me ha interrumpido, me ha quitado de en medio. ¿Cómo me va a compensar ella, usted y los señores que han votado mi interrupción? ¿Por qué son tan cobardes de llamar interrupción voluntaria, si es muerte?.Cambiar el sentido de las palabras no cambia la realidad. Siento mucho que usted se sienta amenazado y en peligro. Yo, con su voto, no me he sentido para nada amenazado, sino realmente eliminado.
Hay un abismo entre la posibilidad y la realidad. Usted es un ser humano que además es diputado. ¿Me puede explicar cómo puedo llegar a éste mundo, si gracias a usted y quienes como usted han votado, pueden abortarme cualquier día durante 22 semanas o más?
Dicen que ustedes están en su derecho. Sin embargo,yo estoy deshecho. ¿Quién es usted para quitarme mi derecho a vivir?
Señor Diputado cuente con mi apoyo para que muy pronto su imagen sea respetada, y nadie pueda tocarle a usted ni un pelo, ni siquiera virtualmente. Espero que dedique un poco de su precioso tiempo a hacer que yo, y los 115 mil que hemos padecido esa manipulación, y los futuros, podamos gozar de la vida realmente.
Antes de terminar señor Llamazares, quiero que sepa mi nombre. Gracias a usted, y a los compañeros diputados, mi nombre es: NINGUNO. Tampoco tengo apellidos. Pero no lo olvide: ¡tengo derecho a tenerlos: vida, nombre y apellidos!