Conviviendo con un muerto

03/01/2021 - 16:20 Ángel.I/Guadalajara

 La finada quedó tendida en la cama, sin poder recibir visitas de sus más allegados, supongo que por protocolos Covid, pero sin que se hiciese nada con ella. Y así pasaron y pasaron las horas

Historia cierta sucedida hace pocas semanas en el Hospital Universitario de Guadalajara. Mi mujer estuvo allí ingresada durante veinte días por una enfermedad que en nada tiene que ver con el Covid-19. Tuvo una compañera de habitación, una señora mayor, que un día, tras pasar una mala noche, falleció, alrededor de las once de la mañana. Momento duro y difícil para mi esposa que no durmió oyendo el sufrimiento de su compañera y sufrió el mal trago de ver cómo fallecía. Entiendo que cuando una persona está tan grave debería ser llevada a otra habitación para morir con dignidad, tranquilidad y la intimidad precisa y evitar a otro hospitalizado vivir esta situación, cuando además no se encuentra bien, pero tal vez sea inevitable, al menos hasta que tengamos un nuevo Hospital con más habitaciones. 

  Hasta aquí triste pero dentro de lo comprensible. Lo peor vino después. La finada quedó tendida en la cama, sin poder recibir visitas de sus más allegados, supongo que por protocolos Covid, pero sin que se hiciese nada con ella. Y así pasaron y pasaron las horas hasta las 19.00, aproximadamente, que sacaron su cuerpo inerte de la habitación. Mi esposa convivió unas seis o siete horas con un cadáver en la cama de al lado ante su incredulidad y asombro, pero sobre todo ansiedad y nerviosismo, porque no me negarán que es un mal trago. 

 Afortunadamente mi esposa ya está en casa  y no le queda trauma  por esta circunstancia, pero debería evitarse.La finada tendría que haber sido llevada o al tanatorio o a cualquier otra dependencia, pero haber sido sacada de la habitación a la máxima brevedad. Por favor que estas cosas, en un Hospital con grandísimos profesionales, mucha humanidad y una buena atención, no se vuelvan a repetir.