Convulsión política
La evolución de los acontecimientos dirá si el terremoto que hoy conmociona es a la postre lo mejor que pueda pasar para el futuro de una formación política.
España vive un momento político histórico con la crisis de uno de sus partidos de referencia que afecta no solo a sus votantes sino a la sociedad en su conjunto, a la salud democrática, a la imagen que el país proyecta ante el mundo. Los ciudadanos no merecen este espectáculo, la puesta en duda de la legalidad o ética de contratos públicos aunque parezca que esta denuncia solo sea una excusa dentro de un serial de luchas de poder, traiciones y conspiraciones. Los miles de ediles que trabajan por el bienestar de sus ciudadanos, los millones de personas que confían en estas siglas que representan un espacio ideológico necesario están decepcionadas, indignadas, confusas y ávidas de soluciones que pasan por el inicio de una nueva etapa que parece que se va despejando con las dimisiones conocidas y la expectativa del liderazgo por aclamación de un hombre de consenso.
La evolución de los acontecimientos dirá si el terremoto que hoy conmociona es a la postre lo mejor que pueda pasar para el futuro de una formación política- junto a la socialista- esencial para los ciudadanos y la democracia. No es la primera crisis que vive ni el único partido que las ha sufrido, recordemos a Pedro Sánchez expulsado por los suyos y volviendo para reconquistar el partido y ocupar la presidencia del Gobierno, en otro capítulo rocambolesco que hace que no debamos rasgarnos las vestiduras, ni asustarnos, porque nuestro sistema, nuestros grandes partidos, tienen la fortaleza suficiente para reinventarse, reconstruirse, volver a generar ilusión una y otra vez, con distintos proyectos y renovados liderazgos.
El tiempo irá poniendo todo en su sitio y mientras tanto llegan días de alegría, fiesta y color por el carnaval y las ferias de mercaderías de Tendilla.
Momentos pues, en medio de una sequía que empieza a afectar seriamente a muchos cultivos y a las reservas de agua por mucho que este viernes llueva, de contradicciones, de ánimo festivo, decepción política y esperanza en lo sanitario porque dos años después de conocerse el primer caso en la provincia la situación amaina y la normalidad se recupera poco a poco.