Cordura en tiempos revueltos
01/10/2010 - 09:45
EDITORIAL
El hombre cauto jamás deplora el mal presente; emplea el presente en prevenir las aflicciones futuras. Las palabras de William Shakespeare pueden ser un punto de reflexión para los trabajadores de Avicu.
Tras más de tres meses sin percibir un solo euro de su salario, la desesperanza comienza a hacer mella entre quienes no encuentran salida a su futuro laboral. Con palabras se cargaban de razones ayer al explicar la dureza cotidiana, la de las hipotecas sin pagar, la de los trabajadores que se levantan a las cuatro de la madrugada para ir a un puesto en el que no tienen qué hacer, la de una Navidad que llega sin ganas para ser celebrada. Con hechos se descargaban de razones, reteniendo a Javier Saboya y protagonizando actos violentos a las puertas de una de las empresas del grupo. Resulta difícil mantener la calma en momentos tan tensos, pero ahora menos que nunca los trabajadores deben permitir que la desazón turbe su esfuerzo. Un esfuerzo que tienen reconocido en la calle, donde seguro que les mostrarán su apoyo centenares de ciudadanos el próximo lunes. Después de meses de resistencia estoica a las inclemencias, los empleados de Avicu no pueden tirar todo por la borda al caer en manos de la sinrazón, una sinrazón que no debería invadir a otros tantos que en Guadalajara, como en el resto de España, han perdido y perderán su empleo en los próximos meses. Son tiempos de crisis que hay que vivir con cordura, con la mente puesta en el futuro posible y la confianza de que nuestra economía, con la ayuda de todos, será capaz de superar este ciclo de recesión. Hasta entonces las dificultades reclaman templanza y cordura. Templanza para afrontar la dureza de los despidos y los cierres de empresas que están por venir. Y cordura para entender que la violencia no hace más que complicar las cosas. En momentos de severa dificultad, los trabajadores de Avicu cuentan, eso sí, con el apoyo y la solidaridad de todos los guadalajareños.