Correr es necesario, vivir no

28/02/2011 - 00:00 Rafael Torres

Libia, que está ahí enfrente y habitada por personas, ardía por los cuatro costados, pero todos los noticiarios de la televisión abrían con un suceso, al parecer, mucho más importante: la rebaja en 10 kilómetros/hora del límite de velocidad en las autovías. Semejante futilidad, magnificada por los medios y elevada a la categoría de crucial, enseguida prendió entre quienes consienten en que les toquen todo, menos el coche, y que, por lo visto, son mayoría. Los ecos de la indignación y del escándalo no se han apagado aún. No parecía, ciertamente, sino que el mundo se acababa según el Gobierno anunció una de las pocas cosas razonables que se le han ocurrido en los últimos tiempos.
    Exigir un poco menos al motor del automóvil, relajar levemente la presión del pie sobre el pedal del acelerador, no puede sino redundar automáticamente en un menor consumo de combustible, ahorro que si bien puede ser irrelevante en un vehículo, se torna importantísimo en 30 millones, que son, entre pitos y flautas (turismos, camiones, motos...), los que rulan, muchos innecesariamente, por nuestras carreteras. Eso es lo que dicta la razón, que sí se ahorra, pero ¿quién dijo que la razón rige el mundo del coche y, particularmente, el de la relación de la gente con el coche? Lo más que puede pasar por correr algo menos es que los automovilistas se estrellen, colisionen y atropellen algo menos, pero si uno no puede darle gusto al pinrel y ser el más de lo más en algo, aunque sea en ir más deprisa sin ton ni son, ¿qué sentido puede tener la vida? Aznar lo tenía muy claro cuando arremetió con su bonhomía habitual contra la ley de Tráfico que tantas vidas nos ha, también ahorrado. Todo es cosa, según el clamor contra la medida, del furor recaudatorio del íncubo Zapatero. Multas, multas, lo único que quiere es levantarnos los pocos euros que nos quedan friéndonos a multas. A quien así discurre, por llamarlo de algún modo, ¿no se le ha ocurrido pensar que si no rebasa el límite de velocidad nadie va a multarle? ¿Pero quién dijo que en el mundo del coche se conjuga ni mucho ni poco el verbo pensar?