Crecimiento y calidad de vida

El boom inmobiliario y las buenas condiciones de vida que ofrece una provincia de las características de la nuestra se han convertido en los dos elementos claves para conseguir ese ascenso poblacional. Pero si algo ha demostrado la recesión económica es que Guadalajara ofrece mucho más que buenos precios inmobiliarios. De hecho, a pesar de la crisis y teniendo en cuenta que se ha ralentizado el ritmo de crecimiento respecto a los últimos años, en 2007 continuó incrementándose el número de madrileños que decidieron venirse a vivir a la provincia. En concreto 9.694 llegaron durante el pasado año. Pero no sólo son los habitantes de la comunidad vecina los que optan por la calidad de vida que ofrece Guadalajara. También los procedentes de otros países han descubierto los encantos de un lugar en la que todavía se puede disfrutar de una tranquilidad que envidian en otros lugares. Si bien es Toledo la provincia castellano-manchega que ostenta el liderazgo en llegada de inmigrantes, alcanzando un 9,7 por ciento, no es la que mayor número tiene en relación con su población. Ese primer puesto se lo lleva Guadalajara, donde los 28.000 inmigrantes empadronados suponen el 12,6 por ciento de los habitantes. Tanto un movimiento poblacional como el otro han puesto de relieve el inmenso esfuerzo hecho por las distintas administraciones para que, no sólo se mantengan los buenos servicios que han servido de reclamo, sino que se incrementen siendo capaces de adaptarse a las nuevas necesidades de una población que ha llegado en masa.

Un crecimiento poblacional que se ha visto reflejado en el crecimiento poblacional en localidades según el Padrón Municipal de Habitantes, a 1 de enero de 2007 estaban empadronados en los municipios de la región, 1.977.304 personas, 45.043 más que en el año anterior, lo que representa un incremento anual del 2,3 por ciento, mientras que el nacional fue del 1,1 por ciento.