Crisis, Presupuesto y política exterior
01/10/2010 - 09:45
El comentario
FERNANDO ALMANSA, Periodista
La crisis, con mayúsculas que ahora todos reconocen, afecta a todos y a todo. Lo que hace unos meses era la bonanza de la economía libre, pujante y desbocada, ahora es estupidez, insensatez y falta de rigor. Lo que antes fueran las virtudes del management: la asunción de riesgos, al decisión indubitada, la agresividad y competitividad sin limites; ahora son pecados capitales, vicios vergonzantes de cualquier analista económico.
Y es que como dice la canción italiana tutto gira,... y seguramente lo que ahora son esperpentos y convulsiones, dejarán de serlo en unos meses y seguiremos pendulando al son de las histerias comunicativas de la globalización.
Pero mientras estamos en la histeria de la crisis, en este cólico agudo, se van tomado medidas de todo tipo. Uno de los puntos donde la crisis se ha dejado notar con fuerza es en los presupuestos del Estado, donde ha habido que recortar en casi todo. El capítulo de política exterior, en dos de sus más destacados instrumentos: presencia militar en el exterior y ayuda al desarrollo, sufren variaciones antagónicas. Mientras que los presupuestos para la participación militar española en misiones de paz se reducen, sube la partida de Ayuda Oficial al Desarrollo, (AOD), con un 2.23% de incremento, lo que situará la AOD española en el 0,5% del PIB; lejos aún del famoso 0,7% recomendado por las Naciones Unidas, pero al menos en buena tendencia. Y no es de extrañar que esta partida suba y que se conozca a la vez, que en Canarias llegaba el mayor cayuco de la historia de la inmigración ilegal en España. Y es que la Ayuda al Desarrollo tiene tanto de justicia internacional como de seguridad y estabilidad mundial.
Sin embargo Defensa cae en un 3%, cosa positiva, pues la nueva seguridad pasa menos por defensa militar y más por cooperación internacional. Sin embargo lo que es lamentable es que el recorte militar se vaya a sentir sobre todo, en la reducción de la contribución española a las misiones de paz en el mundo. Quizá sean estas misiones las que dan legitimidad a los ejércitos de nuestro país en el siglo XXI; y sin embargo, parece que el recorte presupuestario, va a hacer que nos miremos más el ombligo en temas de defensa y reduzcamos las misiones de paz en el exterior. Sería deseable que el recorte hubiera afectado más al gasto en armamento que se consume cada año, y por el contrario se hubieran mantenido los compromisos con las misiones de paz en el exterior.
Pero mientras estamos en la histeria de la crisis, en este cólico agudo, se van tomado medidas de todo tipo. Uno de los puntos donde la crisis se ha dejado notar con fuerza es en los presupuestos del Estado, donde ha habido que recortar en casi todo. El capítulo de política exterior, en dos de sus más destacados instrumentos: presencia militar en el exterior y ayuda al desarrollo, sufren variaciones antagónicas. Mientras que los presupuestos para la participación militar española en misiones de paz se reducen, sube la partida de Ayuda Oficial al Desarrollo, (AOD), con un 2.23% de incremento, lo que situará la AOD española en el 0,5% del PIB; lejos aún del famoso 0,7% recomendado por las Naciones Unidas, pero al menos en buena tendencia. Y no es de extrañar que esta partida suba y que se conozca a la vez, que en Canarias llegaba el mayor cayuco de la historia de la inmigración ilegal en España. Y es que la Ayuda al Desarrollo tiene tanto de justicia internacional como de seguridad y estabilidad mundial.
Sin embargo Defensa cae en un 3%, cosa positiva, pues la nueva seguridad pasa menos por defensa militar y más por cooperación internacional. Sin embargo lo que es lamentable es que el recorte militar se vaya a sentir sobre todo, en la reducción de la contribución española a las misiones de paz en el mundo. Quizá sean estas misiones las que dan legitimidad a los ejércitos de nuestro país en el siglo XXI; y sin embargo, parece que el recorte presupuestario, va a hacer que nos miremos más el ombligo en temas de defensa y reduzcamos las misiones de paz en el exterior. Sería deseable que el recorte hubiera afectado más al gasto en armamento que se consume cada año, y por el contrario se hubieran mantenido los compromisos con las misiones de paz en el exterior.