'CRISIS' y... crisis
Menos mal que se ha pasado el subidón y las cosas, después de la crisis ministerial, volverán a la calma. ¡Qué agotamiento!, qué agobio ,qué estrés, qué semanita sin pan... pero con circo. Los nuevos hombres y mujeres de ZP ya han cumplido con el rito y la liturgia. Se han despedido, con lágrimas y desconsuelo los cesados y se ha aplaudido hasta la extenuación a los elegidos para formar parte del gobierno de combate electoral que Zapatero se ha sacado de la manga en un intento tardío y desesperado de llegar vivo a las elecciones. Ya hemos dicho y oído de todo: que si era un gobierno más político, que si el felipismo cabalga de nuevo, que si el presidente ha dado "jaque mate" definitivo a lo que fue su proyecto de hace seis años, cargándose sin miramiento a sus iconos de Vivienda e Igualdad, que si el guiño a la izquierda tiene el nombre de Rosa... Hemos intentando recuperarnos del susto de ver a un titular de Trabajo que ,anteayer, se ponía delante de la pancarta para criticar la reforma que hoy tendrá que aplicar; confirmado que con este presidente quien pierde gana y si ella pierde en unas primarias dentro de su propio partido su fidelidad es recompensada con el premio gordo.
Hemos analizado al "nuevo amo" de la Moncloa, a Rubalcaba, del derecho y del revés, visto una reedición de sí mismo 15 años después, recordado los mas oscuros pasajes y los momentos más exitosos de su amplia trayectoria política. Se le ha llamado de todo y por su orden Rasputín, Richelieu , Fouché, Maquiavelo, conspirador, manipulador, animal político, fenómeno mediático, azote de la oposición y otros cuantas lindezas, salpimentadas al gusto ideológico de cada cual. No sé que tiene el poderosísimo tri- ministro que a nadie deja indiferente, lo cual más que una ofensa- como pretenden algunos- es un piropazo en tiempos revueltos, cuando los ciudadanos hartos de políticos mediocres y de medio pelo- que disfrazan su incapacidad con un falso talante-, han optado por darles las espalda a todos, haciendo tabla rasa.
Nadie se ha quedado sin su cuota parte de protagonismo, sin su minuto de gloria, incluso una vez más ha habido el consiguiente y repugnante exabrupto machista, casposo y antiguo de un representante del PP de esos que siguen en el pleistoceno anterior y que oscurece y mancha la alcaldía que ocupa. ¡Qué asco!. Tampoco nos hemos privado de la típica "pillada" que nos ha permitido saber lo que, de verdad, piensa la oposición del nuevo gobierno y hemos desplegado todo un amplio, variopinto y pinturero anecdotario con que alimentar nuestras crónicas periodísticas.
Vale, ya está. ¡Por fin! todo vuelve a la normalidad y lo que es peor a la realidad. Se han apagado las luces y los focos y ahora lo que toca, de verdad, es sacar a este país del agujero y eso se reduce a una sola cosa :frenar la sangría del paro y empezar a crear puestos de trabajo. Los ciudadanos quieren pan porque están sobrados de circo político, mediático y de todo tipo. Les da igual que el traje de ministro lo vista alguien diferente si las recetas siguen siendo las mismas y les importa un bledo que unos digan que con una crisis de gobierno se recupera la marca ZP y otros contesten que una crisis de gobierno no sirve para tapar a un gobierno en crisis. A los ciudadanos les da igual que Rubalcaba quiera en realidad enterrar al zapaterismo aunque en apariencia trate de recuperarlo, o que el PSOE se de un minúsculo respiro. Lo urgente, lo importante y lo trascendente e que llegar a fin de mes deje de ser un lujo, casi un privilegio, al alcance solo de algunos y lo demás son efímeros fuegos de artificio.