Crisis y mercado laboral

Guadalajara no es una excepción, todo lo contrario. Si la provincia crecía, por encima de la media ahora también sufre, por encima de la media, las consecuencias de la recesión económica. Mientras que el desempleo se incrementaba como media nacional, un 23% durante el último año, en Guadalajara lo hacía en 42%, es decir, casi el doble. Mientras que el número de parados crecía en el último mes un 1,79 % en Castilla-La Mancha, en la provincia lo hacía un 3,09, también casi el doble. Atrás quedó la barrera psicológica del paro técnico que durante años se mantuvo en los 7.000 parados. Ahora Guadalajara ha superado los 9.000, concretamente ya hay 9.188, lo que supone 2.732 más, que en el mismo mes del pasado año. Pero más allá de las frías estadísticas se esconde el drama familiar. Ese que se produce cuando el desempleo entra en un hogar. Una sensación casi olvidada que ahora ronda la cabeza de muchos. La fórmula mágica para evitar el desempleo no existe pero se hace más necesario que nunca reforzar y potenciar, junto a los servicios de empleo de las comunidades autónomas todos aquellos instrumentos que favorezcan la mejora de la empleabilidad y la colocación inmediata de los desempleados, apostando por que los parados puedan mejorar sus capacidades profesionales para encontrar empleo en el menor tiempo posible. Ha llegado el momento de analizar y potenciar las circunstancias que fortalecen un tejido empresarial capaz de generar productividad y empleo pues la creación, renovación y mantenimiento de la actividad económica es clave para recuperar el dinamismo de un empleo que ya se resiente.