Cuando no quede más remedio

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

EL COMENTARIO
Antonio Pérez Henares. - Periodista
Hay psicosis de palabras, huida de las tiendas y cobardía del dinero. Pero en el fondo, fondo, en el hígado es como si nos resistieramos a querernos enterar del todo. Bueno, si no nos ha afectado el paro y somos de los de la lista de Corbacho, la más larga de Europa. Entonces, sí.
Pero la mayoría todavía no lo hemos interiorizado. Tenemos la crisis en la boca pero todavía no la tenemos en el estómago. O sea, que de empezar a digerirla aun ni hablamos. Primero tenemos que tragarnos el bolo. Pero no vamos a tardar a tenerlo en el garganchón y atragantado. No nos va a quedar ya más remedio que comprender de una vez por todas que los dias de vino y rosas, los largos lustros de bonanza, de dinero sobrante en las administraciones y ese mañana que siempre iba a ser para mejor han quedado, por un periodo de tiempo aun desconocido, definitivamente atras. Han sido largos años de gastar. Incluso de despilfarrar. De sacar hasta pecho mundial. Deme dos, decíamos en Nueva York, cuando nos decían el precio. De estar en la Champions que decía aquel presidente que teníamos y, rayos, que tenemos. Ha sido un tiempo bueno y al que nos hemos tan malacostumbrado que es muy posible que se nos haya olvidado la vieja cultura del esfuerzo y que estemos en la del ‘dame más que más me merezco’ .

Porque esto era un pedir, un exigir, un reivindicar hasta las deudas de la historia entera. Pero al pozo ya entra menos, bastante menos, agua de la que sale. Y asi, es sabido, los pozos se agotan. Todos. El del Estado tambien y el de la Seguridad Social en un descuido. Más parados, menos ingresos y mas gastos. Una escalofriante ecuación a la que nadie nos ha dicho cómo va a intentar ponerse remedio. Desde luego no parece que ese señor que teníamos, rayos, que tenemos, de presidente y que nos negaba la que se venía y ahora pretende combartirla a besos y sonrisas., nos dice cómo y qué debemos hacer y debe hacerse. Como no. Pero lo gracioso es que sabe, mediante no se qué sortilegio o extraño conjuro, cuándo. El tiene la fecha del fin de la oscuridad y el rugir de diente: 2010. Ni idea del cómo pero debemos tener fe en el cuándo. No cuadra, pero puede que hasta cuele, porque la gente se agarra al clavo que sea antes de plantarle cara al bicho que viene. Porque hay algo de eso en parte de la sociedad espanola, en no querer aceptar del todo la situacion, de que alguien proveerá, o que ZP nos salvará de la tribulación, de que durará menos que un verbo. Quizás por ello cuando a los parados españoles les proponen ir a coger aceitunas, dicen que no, que vengan los emigrantes. Que ellos cobran del paro, o del PER o de asesor en Cádiz. Y bien mientras haya paro, PER o Diputacion en Cádiz, bueno, pero cuando el pozo se quede seco entonces no va a quedar otro remedio que engancharse a la aceituna y comprender que hemos dejado de ser lo ricos que creiamos ser y el Gobierno tanto nos alentó a creer.