Cumbre de Guarranga
Aunque no suene bien, la capital del Señorío acogerá el 18 de junio, en el Casino de la Amistad una Cumbre de Guarranga o II Campeonato Interprovincial, organizado por el Ayuntamiento.
Contaban en mi pueblo que dos buscavidas por la parte de Teruel se jugaron antaño medio cabrito a la Guarranga con unos valencianos, en la modalidad de “miralhumo”. Perdieron, apoquinaron y hubieron de contentarse con mirar la lumbre en la posada mientras los contrincantes se lo zampaban.
Siempre he sospechado que se trataba de una especie de guiñote-cabrón, como otros juegos con variantes y azares diabólicos. Nadie en la comarca sabía explicarme ¿”La guarra…qué”? Hasta que Lucas Cavero, viejo amigo y compañero de estudios, me confesó que en Molina de Aragón quedan algunos aficionados “verdaderos virtuosos, que optimizan al máximo las posibilidades de sus cartas”.
Aunque no suene bien, la capital del Señorío acogerá el 18 de junio, en el Casino de la Amistad una Cumbre de Guarranga o II Campeonato Interprovincial, organizado por el Ayuntamiento. Los rivales vendrán de Ollería (Valencia) y Abengibre (Albacete), municipios hermanados por este juego, muy popular en Napolés. En Italia, Valencia y Albacete es conocido como Los Tres Sietes y Los Treses.
Lucas apunta que en los siglos XIX y XX debía ser un pasatiempo tan común como el guiñote o la brisca, con los que comparte la baraja de 40 naipes. Puede -sospecha- que el peculiar nombre molinés se deba al comentario de algún crítico por la rareza de sus reglas.
La carta de más valor para ganar la baza es el tres, después el dos, el as, el rey, el caballo, la sota, el siete… y el cuatro. Pero para contar el tanteo el orden es distinto: la de más valor es el as, que suma tres piedras, como el Monte, que también vale otras tres; después, el dos, el tres y las figuras, que valen una piedra. Para ganar la partida hay que conseguir 21 tantos. Cada tanto vale 3 piedras.
Dicen que engancha. Aún así, merece la pena recuperar un juego de nuestros ancestros.