Dar (o no dar) la talla

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por:
El comentario
CONSUELO SÁNCHEZ-VICENTE / Periodista
E Se podría limitar el endeudamiento y ponerle un techo de gasto a las autonomías, esto es algo que podría hacer perfectamente el Gobierno recavando para ello los apoyos que necesite en las cortes. No es probable que acudieran en su auxilio sus tradicionales socios nacionalistas, pero según como se negociase la medida, podría contar con el respaldo del PP. al menos el partido de Rajoy tendría muchas dificultades para no apoyar algo así si el presidente del Gobierno lo plantease en términos de Consejo de Estado. Lo que es evidente es que recortar el gasto público de este país. Absolutamente desquiciado y disparatado, empieza a ser una cuestión de Estado.
Esta es sólo una medida que en círculos políticos se baraja para poder cuadrar las cuentas españolas para 2013 tal como nos exige Bruselas, pero hay otras, y en cualquier caso es al Gobierno a quien le corresponde liderarlo, ir al Congreso, subirse a la tribuna y decir desde allí, en la sede de la soberanía nacional qué quiere hacer con las jubilaciones, con el mercado de trabajo, para que nuestra economía deje de destruir empleo y empiece a crearlo, y con el gasto público.
Es allí, en las Cortes y desde esa tribuna donde el presidente Zapatero debe pedir el respaldo de la sociedad para la guerra contra la crisis, y para dejar de ser el farolillo rojo de la UE, el “problema”, y al paso que vamos últimamente con rectificaciones de la mañana a la noche, también hazmerreír de los demás socios comunitarios. Los líderes políticos tienen que dar pasos firmes en la dirección que proponen en sus programas electorales, hacer propuestas posibles a los ciudadanos tanto en épocas de bonanzas como sobre todo en las de escasez. No es la oposición quien tiene que marcar el rumbo, aunque sea deseable conocer sus alternativas porque no es la oposición quien gobierno sino el partido que alcanza más votos populares en las urnas, en nuestro caso el PSOE de Zapatero, que dicho se a de paso debería recordar que las urnas tampoco han elegido para gobernar a los sindicatos.