Davos y el apocalipsis

20/01/2024 - 12:31 Jesús de Andrés

Se celebra en estos días el Foro Económico Mundial, más conocido como la cumbre de Davos, en el que los principales líderes mundiales se reúnen para debatir sobre los problemas de nuestras sociedades.

 El problema de las formas de organización basadas en la libertad es que tienen tendencias suicidas que conducen a la autodestrucción. La democracia y el capitalismo, por ejemplo. La elección de gobernantes a través de la regla de la mayoría puede dar el poder a opciones que no son democráticas sino todo lo contrario. Ejemplos históricos hay varios, no hace falta recordar cómo llegó Hitler a ser presidente. Por su parte, el agotamiento de los recursos puede dar al traste con el crecimiento, ya lo está haciendo, y generar una crisis que acabe con el propio capitalismo. Se celebra en estos días el Foro Económico Mundial, más conocido como la cumbre de Davos, en el que los principales líderes mundiales se reúnen para debatir sobre los problemas de nuestras sociedades: el cambio climático, las amenazas de la inteligencia artificial, los conflictos bélicos actuales o los problemas derivados de la generalización de las noticias falsas. Además de atraer la atención mundial sobre estos temas, se supone que allí se tratará de evitar que el sistema se fagocite a sí mismo.

Leo con interés el último libro de Douglas Rushkoff, La supervivencia de los más ricos, en el que relata las estrategias de enriquecimiento de las élites tecnológicas y sus planes de futuro para sobrevivir al apocalipsis que ellas mismas consideran que están creando. El objetivo de estas élites ya no es crear grandes empresas con las que hacerse millonarios para a continuación dejárselas en herencia a sus descendientes. No. En lo que está cualquier miembro de este selecto club es en buscar una venta de su empresa lo más rápida y provechosa posible que le permita acumular una fortuna, escapar a la tensión de una posible caída bursátil y planificar su futuro alejándose de las limitaciones a las que estamos todos sometidos: a vivir unos cerca de otros, a soportar los males derivados del cambio climático, a contagiarnos enfermedades, a envejecer o a quedarnos en la Tierra cuando esta, qué remedio, sea invivible.

Seguro que sus nombres les suenan, los miembros de ese selecto club de pijos californianos son los Elon Musk, Bill Gates, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg y algunos más. En su concepción adolescente del futuro, en lugar de solucionar los grandes problemas que afronta la humanidad, invierten en diseñar colonias en Marte, viajar en tubos al vació a la velocidad del sonido, en implantar chips cerebrales, en no envejecer retorciendo la biología o en crear búnkeres que les alejen de los demás cuando llegue el fin. Esa mentalidad de película de Marvel, esa creencia en que el futuro es lo más parecido a Walking Dead, los define. Que nos pille confesados.