De España no es un país para funcionarios
09/12/2013 - 00:00
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 En el momento de escribir este artículo, está calentita, casi casi como recién salida del horno la dimisión del director de Inspección Financiera de la Agencia Tributaria, don Luis Jones. Tan insigne funcionario dimite, según comenta el mencionado organismo, por discrepancias con el director general, don Santiago Menéndez. Añadiendo en su nota, la propia Agencia, que en ningún caso tiene relación con expedientes o materias propias de su departamento. Hasta ahí, uno puede o no estar de acuerdo, pero a mí, más que discutirlo, lo único que se me ocurre es añadir al final, un alto, claro y conciso:¡y un jamón de pata negra¡ Vivimos en un país, en el que está asentado el chascarrillo de que Dimitir no es un nombre un ruso, puesto que no lo hace ninguno de los que debiera. Y sin embargo, vemos como conjuga dicho verbo en primera persona, un funcionario, que ha entrado a trabajar mediante una Oposición. Si Oposición con mayúsculas, ya saben, respetando los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad. Funcionario además, que ha visto como se le ha congelado tanto el sueldo, que ya no recuerda lo que es o no es el poder adquisitivo. Que ha visto como le quitaban una extra y un montón de días libres entre moscosos y canosos.
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 Y como antes de todo eso, vio como muchos de los que ahora le mira con envidia, se hinchaban a ganar dinero con la burbuja inmobiliaria. Mofándose de él por ser lo que es. Esto es un simple funcionario. Trabajador por cuenta ajena al fin y al cabo, con independencia de su nivel, que trata de hacer cumplir (aquí hablo de trabajo, que nadie se despiste, con lo único) lo mejor que puede. Y ahora, llegado el caso, ha tenido que ver como se han cepillado a una persona a su cargo, porque ha querido mantener una sanción a una empresa. Sanción que si nos la hubieran puesto a usted, a mí o a mi vecina del quinto, no nos había salvado de ella, ni el mismo LukeSkywalker con su espada láser. Porque no nos olvidemos, que Hacienda somos todos, pero unos somos más Hacienda que otros. Con el añadido, de que precisamente los que menos son, tienen la geta más dura que el hormigón armado. Hormigón armado hecho de cemento mejicano, sin duda.
 Que la fuerza os acompañe.
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