De la educación

27/09/2015 - 23:00 Pedro L.Toledo

Contentos y ufanos hemos de estar en este humilde país por el salto de calidad que ha dado la educación en los últimos años. No es para menos la satisfacción que desprenden todos los políticos y con ellos el resto de ciudadanos cada vez que inauguran un cartelito con el logo de la Comunidad Autónoma, acompañada de la Unión Jack. Hay veces que es un colegio, otras un instituto o una guardería, pero lo que no alcanzamos a comprender es cómo dicho centro educativo pudo sobrevivir los últimos 30 o 40 años, que tendrán sus “flamantes” instalaciones sin que fuera bilingüe y luciera la bandera del Reino Unido. Hay que reconocer que realmente nos cuesta unas perras a los que tenemos hijos en edad escolar, pero no es de recibo que ni el Estado, ni la Comunidad Autónoma, nos ayuden, para eso están los bancos (para ayudarlos, quiero decir). Por tanto, cuando nos desprendemos de unos 300 euros para pagar los libros de nuestros hijos y nuestras hijas, lo hacemos siendo conscientes de que no hay otro remedio. Y conscientes también de que en plena era del libro digital, para mayor gloria de los fabricantes de papel, al año que viene nos volverá a pasar lo mismo, puesto que los volverán a estrenar. Y es que todos los niños y niñas tienen derecho a disfrutar de ese olor a nuevo que solo desprende un libro de texto que se quedará obsoleto en junio. Libro que nos hará con sonrojo ver la superioridad de los de la ESO y, por tanto, la ignorancia de los cursamos EGB, BUP, COU, FP o similares. Y es que esa deficiente educación que recibimos, sin ir más lejos, nos hizo creer que el pico más importante es el hoy desconocido Teide, cuando sin ninguna duda debe ser el Ocejón, que para eso nos pilla más cerca Aún habrá algún padre o alguna madre, preocupado o preocupada por “paparruchas” sin importancia, como que a día de hoy en muchos colegios e institutos después de dos semanas de clase, faltan 4 o 5 profesores por incorporarse. Pero que más dará, así tienen más tiempo nuestros hijos y nuestras hijas para descansar y para seguir elucubrando cómo se llaman esos profesores a los que ahora denominan “ficticios”. Que no progresan adecuadamente, ya recuperarán el tiempo, al año que vienen o al otro. Si todos sabemos que no van a repetir curso, con lo que menos esfuerzo a realizar (aún) para nuestros hijos e hijas. Es lo que tenemos los padres y madres, que nos gusta la complicación. ¿Qué hay un instituto público en Guadalajara, que lleva 7 u 8 años consecutivos con el 100% de aprobados en selectividad? Pues que suspenda alguno ya, que va siendo hora. No hay que abusar del resto de institutos, que algunos son hasta concertados. Vamos que tienen recursos propios y las subvenciones que la Junta o el Ministerio no da a los públicos y claro, si la educación de un público con menos de la mitad de recursos es mejor ¿cómo van a quedar esos institutos? ¿Qué en ese instituto quiere poner o mantener un Bachillerato de Excelencia? Pues que lo quiten ya, si cuando vayan a apuntarse al paro, nadie va a mirar eso. Por tanto, me parece fenomenal que para eliminarlo hayan metido 44 alumnos en sus clases de inglés para su línea bilingüe. ¿Se cumple el ratio? A rajatabla 40 alumnos, más el 10 %, pues no hay más que hablar, no hay que ser tan delicado, que nuestros chavales y chavalas, son la mar de cultos. De hecho saben muchas cosas que nosotros solo sospechábamos, no hay más que ver Gran Hermano o Adán y Eva. Que la fuerza os acompañe.