De mi huerto y yo

26/09/2016 - 21:12 Pedro L.Toledo

He montado un huerto urbano en el patio de mi casa , que ya veremos si a la hora de dar tomates es particular.

 

La cabra tira al monte, legendaria frase de mi abuelo paterno, que respondía al nombre de Don José Toledo Carrasco, aunque creo que el Don es de las pocas veces que iba acompañando a su nombre, puesto que se le conocía como “Tío José Laña”. Por si no lo pudiste conocer, era agricultor, granjero u hortelano, como se le quiera llamar. Lo que complementaba (digamos qué para no aburrirse) con el cuidado y ordeño de seis u ocho vacas lecheras, amén de conejos, cerdos, gallinas, patos, ocas y pavos. Supongo que como casi cualquier pequeño agricultor, que quisiera sobrevivir en la España de la postguerra y trabajaba de sol a sol para sacar adelante a su familia.
    Pero dejemos la postguerra a un lado y volvamos a lo de la cabra, que como decía antes, no es la de aquella malsonante canción (yo tenía una cabra…) sino la que tiraba al monte, igual que estoy tirando yo ahora por el tema de la agricultura. Si sí, agricultura, has leído bien. Ecológica si, de poca extensión también según se mire, para mi es mucha, pero igual no piensas igual si te digo que estamos hablando de tres surcos de un metro y medio cuadrado. Pero sea lo que fuere, agricultura al fin y al cabo. Como supongo que habrás adivinado, he montado un huerto urbano en el patio de mi casa, que ya veremos si a la hora de dar tomates es particular o si cuando hielan se estropean como los demás.
    Es posible que si me conoces estés extrañado, si no es el caso, te diré que una de las cosas que más definen mi persona es mi vagancia y pereza legendaria que se puede definir en una las frases que más me gustan:
-    Yo no soy de trabajar.
Solución, lo primero que he hecho ha sido poner el riego automático en el huerto, con reloj automático y conectado a Internet. De tal modo que, en cualquier momento, puedo darle a un botoncito muy “remono” que tengo en mi Smartphone para que riegue además de las horas programadas, si veo que el sol aprieta.
    Es evidente, que también he puesto un par de “webcam” que me permiten observar cual es el estado de mis lechugas. Así que ya sabes, si me ves por la calle mirando el móvil o manipulándolo, ya sabes que no estoy cazando Pokemon, ni enredando con el WhatsApp, realmente estoy manipulando mis “webcam” para ver si salen ya las espinacas.
    Es lo que tienen los “wearables”, pero de eso hablaremos otro día, que hoy tocaba hablar de que me había vuelto hortelano y de los dichos de mi abuelo. Y antes de que lo pienses o te lo preguntes, te diré que no he sembrado patatas por el fundado temor, a que me salgan gordas.
    Que la fuerza te acompañe.