De morir corriendo
Verás que, en más de un grupo de WhastsApp, te pasarán el chiste de que muere más gente corriendo que en la barra de un bar.
Y de repente salta la noticia, la desgracia se ceba con dos corredores en el Maratón de Vías Verdes de Castellón. Ambos personas con hábitos deportivos y a quienes suponemos personas sanas, que en lo mejor de su vida son alcanzadas por la muerte.
A los pocos días, el episodio se repite en el Medio Maratón de Gijón, cobrándose una nueva víctima. Llega el Maratón de Madrid, más de treinta mil personas corriendo y los servicios sanitarios, consiguen salvar a una persona que sufre un infarto. Otra persona, relacionada con Guadalajara, también sufre un ictus.
De repente esto del correr, del running o como se le quiera llamar, salta del Facebook o de los blogs de los más frikis, a las grandes cadenas y periódicos del país.
¡¡PELIGRO¡¡ ¡WARNING¡¡ estás corriendo.
Verás que, en más de un grupo de WhastsApp, te pasarán el típico chiste de que muere más gente haciendo deporte, que en la barra de un bar.
Saludarás a un amigo por la calle, que con malévola sonrisa te dirá aquello de “tú verás, ándate con cuidado”. En ese momento le mirarás a la cara, para contestarle, pero por educación te callarás.
Podrías hablarle de los perjuicios de ese cigarrillo que luce orgulloso en su mano izquierda. Quizá también, le podrías preguntar por sus niveles de colesterol y de transaminasas, al verle con esa barriguita que “tanto le ha costado alcanzar”. Sin embargo, te contendrás, le sonreirás y le dirás aquello que tanto te ha repetido él: “de algo hay que morir”.
Después escucharás en varios medios, a los voceras de turno, pidiendo regulación para las carreras populares, no es nuevo, ya lo intentaron con el carnet del corredor. Escucharás a otros tratando de exigir un Certificado Médico para poder correr. En ese momento, te contendrás para no vocear lo que piensas.
Tú sabes que no hace falta nada de eso. Tú sabes que por tu propia salud, te cuidas, que no has cogido un plan de entrenamiento de una revista y te has liado a correr sin ton ni son. Tú sabes que te has puesto en manos de un profesional cualificado y titulado, para que te guíe. Tú sabes que, sin que nadie te obligue, te haces al menos un reconocimiento médico al año. Tú sabes que no puedes apuntarte a una carrera sin la necesaria preparación y planificación, en especial a partir de determinadas distancias.
Pero también sabes, que aun así, es posible que con todo y con eso, algún día la muerte te sorprenda a lomos de tus zapas, desgatando suela. El correr es una actividad, como cualquier en la vida y que como tal, su fin puede ser la muerte.
Entonces mirarás en tu interior, pensarás en tus seres queridos y adaptarás a Sabina para decir aquello de: si la muerte viene a visitarme, no me despiertes, déjame dormir, así he vivido, así quiero quedarme, pongamos que hablo de ¡¡CORRER¡¡, pongamos que hablo de ¡¡VIVIR¡¡
Que la fuerza os acompañe.