De sol a sol

23/01/2012 - 00:00 Antonio Casado



   Según el abogado de Iñaki Urdangarin, Mario Pascual Vives, defensor y defendido están trabajando "de sol a sol" en el caso judicial abierto contra el yerno del Rey. La figura retórica le viene pintiparada a la gravedad del asunto que se ventila. Y no tanto por los presuntos delitos de malversación de caudales públicos, fraude, falsedad documental y prevaricación, apuntados en la ya famosa pieza secreta 25/2ª del caso Palma Arena, cuanto por el impacto del escándalo sobre la imagen de la Familia Real y, todavía peor, el prestigio de la Corona.


  El trabajar de sol a sol, aunque haya sido en secreto durante el pasado fin de semana, ha servido a Urdangarin y Pascual Vives para rectificar el tono de su relación con la opinión pública a través de los medios de comunicación. En esa especie de rueda de prensa concedida el lunes por el letrado se advirtió un evidente cambio de discurso. Ya no se habla de indefensión, linchamiento, juicio paralelo, reprobables filtraciones del sumario o falta de respeto a la presunción de inocencia, como en las primeras reacciones del abogado o un nefasto comunicado del duque de Palma de hace algo más de un mes. Esta vez hay un comprensible eclipse total en el duque (viaje secreto a Barcelona) y un abogado inesperadamente amable, comunicativo y sumamente respetuoso con el trabajo de los medios de comunicación.


  Supongo que se trata de un oportuno toque de la Casa del Rey. Se impone la necesidad de empezar a minimizar los desperfectos que sobre la imagen de la institución ha causado y va a seguir causando el escándalo. Un intento que ya se hizo explícito con aquella declaración del jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, cuando hace un mes calificó de poco ejemplar la conducta de Urdangarín. Ahora se trata también de evitar el desprecio al mensajero, que era el camino que se había empezado a transitar. En la duda queda saber si se ha conseguido del todo. Dicho sea por esa innecesaria incursión del abogado en las relaciones de Urdangarín con su esposa ("Se siente apoyado por la infanta"). O su contundencia al desmentir los rumores de separación del matrimonio.


  Es de suponer que en Zarzuela no habrán caído demasiado bien las precisiones del abogado sobre algo que atañe a la intimidad familiar de la infanta doña Cristina y su esposo. En todo caso, prevalece la saludable rectificación en el discurso del abogado. También en todo lo que se refiere a los procedimientos judiciales en marcha o el trabajo del letrado, que en realidad son tecnicismos. Lo verdaderamente relevante es la sombra de ese enorme elefante que se proyectaba el otro día sobre las preguntas de los periodistas, aunque pareciese una sombra ignorada: la caída de la imagen de la Familia Real y de la institución monárquica en la valoración de la ciudadanía.