Demasiadas despedidas
15/12/2013 - 00:00
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 La emoción, la tristeza, los recuerdos, los reconocimientos se suceden estos últimos días ante las noticias de los fallecimientos de personas queridas que al tiempo son personajes. Hasta cuatro obituarios nos han llenado de pena en estas dos últimas semanas. El primero nos llegaba desde nuestra ciudad de veraneo, Sigüenza. Allí fallecía el hombre más relevante de la historia moderna del lugar. Su cronista oficial, médico puericultor, escritor y hasta pintor, Juan Antonio Martínez Gómez Gordo, que impulsara numerosas jornadas culturales y pronunciase cientos de conferencias. Todo un referente.
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 Después conocíamos la muerte del maestro que más tiempo ha estado en este oficio en un mismo lugar en la provincia de Guadalajara. Treinta y un años consecutivos en Yunquera de Henares. Nos referimos a don Rafael Gil Gordo, que enseñó a dos generaciones de muchos yunqueranos. Su rápido e inesperado deceso, ha consternado hasta llenar de manera multitudinaria sus diferentes honras fúnebres.
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 La tercera de las defunciones ocurría en la capital. El abogado Felipe Solano Ramírez, que también tuvo su recorrido político en los principios de la democracia, nos dejaba. Es miembro de una muy conocida familia de la ciudad. Es hijo y nieto de abogados con despacho desde 1906 en Guadalajara. Una calle homenajea a la figura de su padre, Felipe Solano Antelo, presidente de Diputación y el alcalde, junto a Pedro Sanz Vázquez, más recordado de nuestra ciudad, probablemente, del siglo XX. Fue padre de siete hijos, entre ellos Luis Solano, fotógrafo fallecido en el incendio de La Riba.
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 El último de los decesos toca a toda la humanidad, aunque haya tenido lugar en Sudáfrica. Nos referimos a Nelson Mandela, premio Nobel de la Paz y primer presidente negro de aquel país, fundador del estado que hoy conocemos en que conviven blancos y negros en armonía. Sin duda icono histórico del siglo XX en el mundo, junto a Gandhi, Martín Luther King y Che Guevara. Su muerte ha convulsionado el planeta. En la memoria reciente también Enrique Herranz, párroco de Villel de Mesa y comarca. Demasiadas despedidas. Seguirán vivos en la historia y la memoria de la colectividad y en especial de las personas que les quisieron.
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