Derroche en el Sorbe
Al viajar a tierras de Tamajón y pretender pasar por el embalse de Beleña nos sorprendió el chorro que desprendía el "cañón de agua".
Al viajar a tierras de Tamajón y pretender pasar por el embalse de Beleña, que abastece de agua a Guadalajara, Alcalá y pueblos de la Campiña, nos sorprendió el chorro que despedía como poderoso “cañón de agua”. Parecía un derroche porque era agua que se restaba al abastecimiento humano. Recordé después que la Ley obliga a la Confederación a mantener en el río un caudal suficiente para la protección de la fauna piscícola y el sostenimiento de las singularidades ecológicas de la corriente entre las que allí se cuentan los llamados “baños de Doña Urraca” profundas pozas en el Sorbe, entre rocas, en las que se bañaba esta reina castellana durante sus estancias en el castillo roquero de Beleña, hoy en ruinas, alzado para protección del puente medieval y la calzada de acceso al castillo. Al ir desde La Mierla son de admirar los espléndidos pinares de repoblación que se extienden por los montes hasta perderse de vista. No nos atrevimos a desviarnos al nuevo Santuario de la Virgen de Peñamira, porque recordaba el pésimo camino de tierra, ni siquiera rústica pista, que tuve que sufrir en mi último viaje. Y eso que me siento un poco responsable de su ubicación al denunciar en 1983, en ABC, su desaparición bajo las aguas del embalse con la imagen de la Virgen. Un club de submarinismo madrileño respondió a mi denuncia y se ofreció a bucear para rescatarla. Unos por otros, los pueblos del entorno, no reaccionaron a tiempo para salvarla. En una canoa Zodiac fuimos con los buceadores y el sacerdote al santuario sumergido, pero la imagen era, al parecer, de yeso y se había desecho. Con este motivo, la Confederación Hidrográfica, responsable del embalse, levantó, obligada por Ley, un nuevo Santuario al borde de las aguas, que se inauguró en la romería de 1.999. La romería se ha revitalizado, y aún lo sería más si se mejorara el carril de acceso. Y uno se pregunta por qué se prohibe el paso de vehículos por la presa, con una barrera y frecuente vigilancia de la Guardia Civil, si fue prolongada la carretera de La Mierla en un tramo eminentemente turístico sobre el Sorbe para dar paso hacia Beleña y Cogolludo. Beleña, con su magnífica iglesia románica y un mensuario en piedra, único en la provincia junto a Campisábalos, y Cogolludo, cuya anchurosa plaza se ennoblece con la hermosa fachada renacentista de su palacio ducal. Construir un tramo de gran valor turístico paralelo al Sorbe para luego cerrarlo a los coches no tiene mucho sentido.