Despedida a un impulsor del patrimonio de Guadalajara

23/01/2014 - 23:00 José Ignacio Echániz

En las últimas semanas hemos despedido a Juan Antonio Martínez-Gómez Gordo, médico, primer alcalde de la democracia en Sigüenza y gran valedor del patrimonio cultural seguntino. Tuve la oportunidad de conocerle y tratarle gracias a mi tío, el doctor Ernesto Baraibar. Don Juan Antonio nos ha dejado a los 89 años de edad, pero su legado mantendrá viva su memoria. Su labor como Cronista de Oficial de Sigüenza nos deja sus escritos, que le hicieron merecedor del título de Hijo Adoptivo de la ciudad en 2002. Quiero trasmitirle mis condolencias a la familia. Como alcarreño, he sentido especialmente la pérdida de Juan Antonio Martínez-Gómez Gordo, porque despedimos a una persona que ha impulsado la conservación de la historia de Sigüenza y que se implicó personalmente en la recuperación del castillo seguntino. Con Juan Antonio compartía también la formación médica. Una profesión que te permite conocer muy de cerca el dolor ajeno, que te acerca a personas de todo tipo y condición. Es un trato con personas que sufren, que facilita asumir la gestión política con la máxima sensibilidad posible. Es una actitud que se ha reflejado estos días en todas las semblanzas que he leído sobre su persona. Ahora serán sus libros los que nos muestren la mirada de Don Juan Antonio durante su vida como pediatra, alcalde e historiador de la provincia de Guadalajara. Nos deja un importante legado como fundador y director de la Revista Científica Anales de Estudios Seguntinos, fundador de la Asociación cultural ‘El Doncel de Amigos de Sigüenza’ y director del boletín ‘Sigüenza Gastronómica’. Pero sobre todo, su memoria permanece en el corazón de todos los que tuvimos la fortuna de tratarle.