Devolver la normalidad

La sociedad abierta está en la obligación de responder al fanatismo violento minimizando los efectos que éste provoca y recuperando de inmediato el pulso cotidiano de la actividad ciudadana. Pero al hacerlo siempre corre el riesgo de sepultar el recuerdo del mal extremo que representa el terrorismo; incluso de trivializar lo ocurrido cuando de lo que se trata es de atraer turistas y visitantes extranjeros. Como todos los países que han sido objeto de grandes atentados, India ha de acertar en ese difícil equilibrio que supone mantener la memoria frente a la amenaza terrorista mientras devuelve a los habitantes de Bombay la tranquilidad que esa ciudad requiere para continuar siendo referencia financiera, comercial y turística de un país emergente.