Día Mundial de la Salud Mental
Me gusta siempre recordar que las enfermedades mentales tienen una repercusión directa en la vida de muchos ciudadanos sea cual sea su edad, su estrato social o profesional y, por ello, es necesario reconocer los problemas de salud mental como una realidad inseparable de la vida, pero una realidad a la que se puede hacer frente. Y los castellano-manchegos, es decir, el conjunto de la sociedad, desde las administraciones, los profesionales y el movimiento asociativo han hecho frente a esta realidad en las últimas décadas con una fuerza inusitada para ofrecer la mejor atención posible a las personas con enfermedad mental. Por eso, en el Día Mundial de la Salud Mental, Castilla-La Mancha puede decir con orgullo que dispone de una atención sanitaria integral y adaptada a las necesidades de cada paciente y una de las redes de recursos y dispositivos de salud mental más completa de España, orientada a prevenir la exclusión y fomentar la inserción social y laboral de los enfermos. Una estructura sólida que facilita una coordinación eficaz de los dispositivos asistenciales y sociales relacionados con la salud mental y que sitúa a nuestra comunidad autónoma a la cabeza en este ámbito en cuanto a centros y recursos humanos. Esta experiencia en salud mental es la que queremos trasladar al resto de patologías con el Plan de Salud y Bienestar Social 2011-2020, que pretende establecer una buena coordinación entre los servicios sociales y sanitarios de la región a fin de garantizar la mejor atención posible a las personas en cualquier etapa de su vida, haciendo especial hincapié en la capacidad de autocuidado de la salud, la autogestión de la enfermedad y el uso responsable de los servicios sanitarios, situando las nuevas tecnologías y la atención primaria como piedras angulares. Por eso, el Gobierno de Castilla-La Mancha hace suyo el manifiesto elaborado por la Federación Mundial para la Salud Mental y la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas de Enfermedad Mental con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental 2010, porque si en algo destaca Castilla-La Mancha es su permanente inconformismo en política social, pues entendemos que cada día se puede avanzar más en el ámbito social y sanitario para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. El Día Mundial de la Salud Mental, por tanto, es un día que debe servir para sensibilizar a la sociedad y cambiar nuestra forma de ver a las personas que padecen enfermedades mentales y para que seamos conscientes de que esas personas necesitan menos exclusión, menos discriminación y más ayuda para poder desarrollarse y vivir mejor. Así, una de nuestras prioridades para los próximos años es impulsar la plena normalización social de las personas con enfermedad mental y erradicar los estigmas y la discriminación que sufren los afectados por estos trastornos. Una tarea en la que vamos a contar, como hemos contado en las últimas décadas, con el apoyo y la colaboración de las asociaciones de familiares, de los voluntarios y de los profesionales. A todos ellos, en nombre del presidente Barreda, quiero agradecerles el esfuerzo, el tesón y el compromiso personal y social que han hecho y hacen gala cada día para que Castilla-La Mancha pueda continuar actuando en la prevención de las enfermedades mentales y proporcionar el tratamiento adecuado cuando aparecen, promover su integración social y laboral y mejorar su calidad de vida y la de sus familias. No son los retos de un Gobierno sino de toda una sociedad que cada día da ejemplo de su compromiso solidario para hacer un mundo mejor.