Días de fútbol y paro
27/04/2011 - 00:00
El fútbol es la política por otros medios. Una forma de hacer política que permite aliviar tensiones (o crearlas) pero sin llegar a las manos; sin llegar a la guerra. También es un gigantesco trampantojo potenciado para desviar la atención del personal de problemas que los que los poderes públicos no aciertan a resolver. No es casualidad que la mitad de los días de la semana estemos a vueltas con el fútbol en la radio y en la televisión. Todos los gobiernos protegen el cultivo del fútbol. Sí Hacienda fuera tan puntillosa con los clubes como lo es con los ciudadanos a quienes la ley nos convierte en resignados paganos, la mitad de ellos habrían desaparecido hace años. Casi todos están entrampados, pero todos gozan de privilegios fiscales que son los que facilitan los fichajes multimillonarios de los Ronaldos, Messis, Kakás y demás astros extranjeros hoy en activo en la Liga Española de Fútbol. Ya digo que el fútbol actúa como válvula de escape; como aliviadero de tensiones.
Por eso es un instrumento en manos del poder. Ahora es el fútbol y antes fue el circo. Césares hubo en Roma (Calígula, Cómodo, Claudio, etc) que llegaron a patrocinar hasta doscientos días de juegos en la arena: combates de gladiadores y luchas de fieras. Mientras la plebe bramaba en las gradas olvidaba los problemas cotidianos y aplazaba la revuelta contra el poder responsable de las precariedades y miserias que les rodeaban. Han pasado los siglos pero no hemos cambiado tanto. Mientras se habla del Real Madrid y del Barça no hay tiempo para indignarse por el drama del paro. Hacen correr más tinta cinco goles que cinco millones de parados.