Diputación provincial, hermano mayor
El Enclave Provincial constató la importancia que tiene la Diputación para la supervivencia de los pueblos más pequeños con presupuestos que no les permitiría la prestación de los servicios más básicos o la conservación o creación de las necesarias infraestructuras.
Fueron creadas en la Constitución de Cádiz de 1812 y han demostrado ser el más útil de los elementos de vertebración del territorio inventados. El miércoles, dentro de los encuentros En Clave, que organiza nuestro periódico, fue el turno del presidente de la Diputación Provincial, que expuso las funciones de la corporación, debatiendo con alcaldes y empresarios sobre su idiosincrasia y dificultades. En primer lugar nos corresponde agradecer su participación al presidente, su asistencia a cuantos acudieron a esta cita en el hotel Guadalajara&Conference Center by Melià y su patrocinio a Pulsar Properties, empresa que ha generado gran desarrollo en nuestra provincia en las tres últimas décadas. En cuanto a la Corporación Provincial se constató la importancia que tiene para la supervivencia de los pueblos más pequeños con presupuestos que no les permitiría la prestación de los servicios más básicos o la conservación o creación de las necesarias infraestructuras. La Diputación se convierte para ellos en su apoyo, en el hermano mayor que les asesora y ayuda, que invierte en su suelo, que les aporta los fondos precisos, respetando la autonomía municipal, pues en última instancia es el propio municipio el que decide en qué gasta el dinero concedido. Como administración, además, colabora con el resto de administraciones, fuerzas de seguridad, empresas, entidades financieras o el Obispado, por ejemplo, para hacer llegar esa red de servicios, en todos los ámbitos, que hace posible seguir viviendo en una pequeña localidad. Su implicación en el desarrollo de la capital o el Corredor del Henares también genera una riqueza que irradia sus beneficios a toda la provincia. Su labor es muy amplia, siendo el sostén, la casa para muchos alcaldes en una tierra dispersa y con multitud de pequeños núcleos de población, que sufre en grandes zonas el mal de la despoblación.