Disfrutar de un nuevo monumento

02/04/2011 - 00:00 Redacción

Guadalajara presume desde ayer de una nueva joya arquitectónica de nuestro patrimonio. Se trata de la cripta de la Iglesia de San Francisco, que durante el último año se ha estado restaurando para mostrar su mejor cara a unos ciudadanos que no habían podido disfrutar de semejante riqueza. Durante los últimos días, la apertura de este monumento ha sacado a relucir, una vez más, el enfrentamiento entre el PSOE y el PP. El conflicto surgía del hecho de que la cripta es de titularidad del Ayuntamiento de Guadalajara, pero el proyecto y quien lo ha ejecutado han sido el Gobierno de España y el Gobierno de Castilla-La Mancha, que han invertido del orden los 700.000 euros en su reforma. A pocas semanas de iniciar la precampaña electoral quién se hace la foto sí importa, aunque en este caso (y tras la reforma de la Ley Electoral) no ha habido ni inauguración oficial ni corte de cinta. Pero lo realmente importante es que ya podemos disfrutar de un nuevo monumento. La cripta está considerada como una interpretación del Panteón de Reyes del Escorial, donde todos los paramentos, todos los suelos y techos están hechos en mármoles rojos, grises, blancos, alabastros dorados, etc, por lo que tiene un gran valor artístico. Mandada construir a finales del siglo XVII por el décimo Duque del Infantado, Juan de Dios de Silva Haro y Mendoza, fue obra de Felipe Sánchez y Felipe Peña, y su construcción culminó en 1728. Tal y como ha asegurado en alguna ocasión el arquitecto encargado de las obras de restauración, la cripta no sólo es una joya por la riqueza de los materiales de su construcción sino por que es un panteón donde quizá se entierra la familia más importante de la nobleza española. Las dudas surgen porque en 1859 se trasladaron a Pastrana, a la iglesia de la Colegiata, en varias urnas, los restos de algunos Mendoza ilustres, entre ellos se cree que los del primer marqués de Santillana, aunque es difícil asegurarlo. Desde entonces, la invasión francesa, y otras agresiones y abandonos, habían dejado a este monumento un aspecto desolador que ayer quedaba en el olvido..