Dos ofensas inaugurales
10/05/2011 - 00:00
En los primeros días de esta campaña electoral, como siempre ocurre, hay personajes que dan la nota de una forma especial, como han hecho Esteban González Pons y Francisco Campas, oh casualidad, ambos del PP. Al primero no se le ha ocurrido otra cosa que ofender gravemente a los seis magistrados del Tribunal Constitucional que han votado a favor de dar entrada a Bildu en las urnas del 22 de mayo, frente a la posición de los otros cinco. Les ha dicho que es muy fácil hacer eso desde sus cómodos y bien pagados sillones de Madrid y que quisiera verlos en la situación de los concejales del PP que en el País Vasco son o han sido objetivos de ETA. No me atrevo a interpretar con exactitud qué es lo que el vicesecretario de Comunicación de Rajoy ha querido decir, sin que haya sido inmediata y radicalmente desautorizado por el presidente del PP. Pero de lo que no me cabe la menor duda es de que Pons ha asestado un duro golpe al Estado de Derecho y a la división de poderes propia de una democracia parlamentaria y consolidada como la que tenemos en España después del franquismo.
La otra nota gruesa y todavía menos inteligente es la del presidente de la Comunidad valenciana, el imputado Camps, con su lamentable y sucio juego de palabras sobre el famoso abuelo de Zapatero, el capitán republicano asesinado nada más estallar la guerra civil. Dice que el abuelo del presidente del Gobierno no supo o no quiso transmitir a su nieto los valores de la ternura y el cariño que todos los nietos reciben de sus abuelos. Es grave que el valenciano ignorase que el capitán Lozano murió 25 años antes de que naciera el nieto, por lo que esa transmisión tendría que haber sido desde el otro mundo. Pero es infinitamente más grave todavía el desprecio y la burla a la memoria histórica de una víctima del terrorismo franquista a sabiendas de la indignación que eso iba a provocar entre la buena gente de España, empezando por el propio nieto, José Luis Rodríguez Zapatero. Por fortuna, son legión los dirigentes y militantes del PP que no comparten y que repudian en silencio el escupitajo del famoso imputado.