(E)lecciones americanas
01/10/2010 - 09:45
EL COMENTARIO
Teodoro Alonso, alconro@gmail.com
La reciente elección de Barack Obama como presidente de Estados Unidos ha provocado un enorme interés y un formidable entusiasmo en su país y en todo el mundo.. Una naciente obamanía está en marcha, que a los mas mayores puede recordarnos la Gorbachomanía con motivo de la perestroika o, mas modestamente, el cambio de Felipe Gonzalez.
Sin restar importancia a lo sucedido y admirar la capacidad de innovación de la sociedad americana, me importa subrayar las lecciones que podemos aprender.
Primera lección: Hemos visto cómo la presentación de candidaturas, las primarias y la elección misma ha tenido un carácter participativo, imprevisto y en conexiona con la gente. Un hombre valioso, con ideas, entusiasmo y capacidad , desconocido y sin conexiones especiales, ha surgido, se ha expuesto al contacto con la gente y ha convencido a su partido y a los votantes. Aquí eso sería imposible porque todo pasa por el control de los partidos, en los que la trasparencia es nula y las componendas y contactos deciden. El que se mueve no sale en la foto. Llegan muchas veces los más sumisos, los fieles al jefe y con menos perfil propio o creatividad. Así son, en general, de grises y aburridos nuestros políticos, distantes y desprestigiados. Tenemos mucho que aprender y cambiar.
Segunda lección: Hemos podido comprobar, en una larguísima campaña, el respeto y las buenas maneras de los políticos por sus adversarios, confrontando sus respectivas narraciones personales y de la nación (más que ideas y argumentos), señalando limitaciones e insuficiencias, pero sin llegar al insulto y descalificación personal. McCain resultó aleccionador y caballero, durante la campaña (sin explotar episodios como el religioso de Omaba) y aceptando la derrota, ofreciéndose e invitando a los suyos a colaborar por el futuro del país. Privan los intereses generales y el patriotismo sobre los partidistas. Aquí la oposición es ladradora y mordedora, cruel y despiadada, gastando enormes energías en el ataque y la defensa, sin margen para la colaboración y el bien común de los ciudadanos. El concepto mismo de oposición tal como se practica desde la transición (machacando a Suárez), debería revisarse y desde luego el estilo del ataque sistemático y la continua pelea. No nos gusta a los ciudadanos ni sirve al país.
Tercera lección: Obama es un orador extraordinario, claro, convincente, con una agilidad y estilo brillante, con domino del idioma y sus recursos, también con ideas y principios en la cabeza, bien organizados y elaborados. El mejor sin duda, pero todos, hasta Sara Palin o Bus, saben hablar en público, saben comunicar y trasmitir. ¿Para cuando de nuestros políticos y de todos los ciudadanos que hayan pasado el bachilleraro se podrá decir aquí lo mismo?
Primera lección: Hemos visto cómo la presentación de candidaturas, las primarias y la elección misma ha tenido un carácter participativo, imprevisto y en conexiona con la gente. Un hombre valioso, con ideas, entusiasmo y capacidad , desconocido y sin conexiones especiales, ha surgido, se ha expuesto al contacto con la gente y ha convencido a su partido y a los votantes. Aquí eso sería imposible porque todo pasa por el control de los partidos, en los que la trasparencia es nula y las componendas y contactos deciden. El que se mueve no sale en la foto. Llegan muchas veces los más sumisos, los fieles al jefe y con menos perfil propio o creatividad. Así son, en general, de grises y aburridos nuestros políticos, distantes y desprestigiados. Tenemos mucho que aprender y cambiar.
Segunda lección: Hemos podido comprobar, en una larguísima campaña, el respeto y las buenas maneras de los políticos por sus adversarios, confrontando sus respectivas narraciones personales y de la nación (más que ideas y argumentos), señalando limitaciones e insuficiencias, pero sin llegar al insulto y descalificación personal. McCain resultó aleccionador y caballero, durante la campaña (sin explotar episodios como el religioso de Omaba) y aceptando la derrota, ofreciéndose e invitando a los suyos a colaborar por el futuro del país. Privan los intereses generales y el patriotismo sobre los partidistas. Aquí la oposición es ladradora y mordedora, cruel y despiadada, gastando enormes energías en el ataque y la defensa, sin margen para la colaboración y el bien común de los ciudadanos. El concepto mismo de oposición tal como se practica desde la transición (machacando a Suárez), debería revisarse y desde luego el estilo del ataque sistemático y la continua pelea. No nos gusta a los ciudadanos ni sirve al país.
Tercera lección: Obama es un orador extraordinario, claro, convincente, con una agilidad y estilo brillante, con domino del idioma y sus recursos, también con ideas y principios en la cabeza, bien organizados y elaborados. El mejor sin duda, pero todos, hasta Sara Palin o Bus, saben hablar en público, saben comunicar y trasmitir. ¿Para cuando de nuestros políticos y de todos los ciudadanos que hayan pasado el bachilleraro se podrá decir aquí lo mismo?