Economía sumergida, fútbol subterráneo
No es lo mismo, aunque lo parezca. La economía sumergida es uno de los grandes problemas de España desde hace años, al que ahora parece que el Gobierno le quiere hincar el diente con la oposición, sorprendente, de los sindicatos. La economía sumergida, según un informe de la Fundación de las Cajas de Ahorro representa el 17 por ciento del PIB y "esconde" a más de cuatro millones de trabajadores, además de suponer una merma de ingresos fiscales de entre 30.000 y 32.000 millones de euros. Lo subterráneo del fútbol es el juego sucio, el tratar de desviar la atención, los insultos y los ataques entre entrenadores, el enfrentamiento entre jugadores. Y miren ustedes, lo grave es que la ciudadanía anda más preocupada por el Madrid-Barça que por la economía sumergida.
Ni el engaño de quienes trabajan sin cotizar, en ocasiones porque no tienen otra solución, o el de quienes emplean en condiciones irregulares, muchas veces aprovechándose de los más débiles, ni los enfrentamientos entre aficiones, jugadores y entrenadores es nuevo. No digo que exista desde que existe el mundo, porque el fútbol, tal como lo conocemos es un invento relativamente reciente y porque, en sus inicios, dicen que era un deporte de caballeros. El Fisco es un invento más antiguo y seguro que siempre hubo engaños.
Sea como sea, ninguno de los Gobiernos que ha tenido este país desde la democracia, que es cuando se pueden exigir comportamientos de legalidad a todas las partes, se ha preocupado de que aflorara el empleo irregular. Han modernizado la Agencia Tributaria y la Seguridad Social, pero la mira ha estado puesta más en los que somos fácilmente controlables que en los verdaderos defraudadores: los que pueden llevarse el dinero a otra parte y ocultarlo en sociedades irregulares, o los que se aprovechan de la necesidad de los más débiles y les ofrecen trabajos mal pagados y sin ninguna seguridad. ¿Dónde han estado, dónde están los inspectores de Hacienda y de Trabajo? Ahora, los sindicatos, callados estos años en este asunto, dicen que el plan del Gobierno sólo beneficia a los empresarios, están en contra de las prisas por aplicarlo y dicen que la amnistía evitará que los perjudicados puedan reclamar. No se si habrá amnistía. El Gobierno dice que no, pero me pregunto por qué se ha tardado tanto en afrontar el problema y por qué tantos empresarios y tantos trabajadores están en la economía sumergida. ¿Sólo gente aprovechada o desesperada? ¿No será que, en alguna medida, el sistema es caro, ineficiente y castiga a quienes pueden crear empleo?
Lo del fútbol también necesita un plan. Es grave que quienes son líderes
de opinión y arrastran con lo que dicen o hacen a tanta gente, sean los
protagonistas de estas victorias y derrotas vergonzantes. Ni el desprecio por el
otro ni las críticas al "puto amo" de no se qué, ayudan a que un deporte cree
afición "deportiva". Me dan envidia los entrenadores y las aficiones de otros
países. Es un problema de educación, aunque no solo de eso.