Educar en valores
01/10/2010 - 09:45
CARTAS AL DIRECTOR
JOSEFA ROMO. Valladolid
El doctor Simón Castelví asegura que la encíclica Humanae Vitae es una profecía científica: Pablo VI pone en guardia sobre los peligros de la píldora contraceptiva como el cáncer, la infertilidad, la violación de los derechos humanos, etc.
Monseñor Munilla la evoca: Justo cuando la revolución sexual reivindicaba aquello de hago con mi cuerpo lo que quiero, la Iglesia recordaba que la sexualidad no puede ser reducida a un instrumento lúdico y reclama nuestra responsabilidad, que se concreta en el amor fiel y en la procreación (...). Jérôme Lejeune (fue Premio Nóbel de biología) describía así esta concatenación de despropósitos: La anticoncepción es hacer el amor sin hacer el niño; la fecundación «in vitro» es hacer el niño sin hacer el amor; el aborto es deshacer el niño; y la pornografía es deshacer el amor. Efectos de aquella revolución de mayo del 68: adicción al sexo y libertinaje sexual, extensión del Sida y de otras ETS, demasiados embarazos en adolescentes y abortos, incontables fracturas familiares y la difusión de la droga
¿Debemos lamentarnos? Sobretodo, debemos educar. Educar a los jóvenes para un amor comprometido, no para la promiscuidad y la adicción; para la generosidad, no para el egoísmo; para que sepan controlarse, no para ser flojos y mediocres. La sociedad necesita jóvenes limpios, fuertes, responsables, capaces de formar familias felices.