El agua de La Muela

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

EDITORIAL
El agua. Sigue siendo el objeto de ingentes esfuerzos por parte de ayuntamientos, entes mancomunados y distintas administraciones.
La Muela es un buen ejemplo del trabajo que se necesita para garantizar a pequeños municipios un abastecimiento de calidad. El presidente asegura que su problema, por el momento, no es de falta de agua, sino del medio para transportarla. Las redes de la mancomunidad están viejas, sufren averías constantes y permiten fugas que a lo largo del año suponen muchos hectómetros cúbicos perdidos antes de llegar a los grifos. Juan Ramón Urbina ha tomado el relevo a Fernando Senesteva al frente de esta Mancomunidad insistiendo en las mismas necesidades que su antecesor. Esperan con ansiedad el inicio del proyecto de renovación de redes, que será ejecutado por la Junta y la Confederación Hidrográfica del Tajo, apuestan por la gestión desde Aguas de Castilla-La Mancha y demandan la unificación de precios a través de este posible gestor único. Sus premisas se resumen en el interés por mejorar el servicio a los pueblos, un servicio que para una mancomunidad de este tamaño resulta pesado y en ocasiones sin los resultados pretendidos. No en vano sobre La Muela pesa una deuda de 750.000 euros con la Mancomunidad de Aguas del Sorbe, que da buena muestra de la escasez de recursos de estos entes. Para saldarla el nuevo presidente ha mostrado ya su voluntad de negociar con su homólogo en Aguas del Sorbe, Jesús Domínguez, para reducirla de forma paulatina y sin ahogar cualquier posibilidad de desarrollo en La Muela. El desarrollo está próximo a muchos de los municipios que forman parte de la Mancomunidad, que en los próximos años podrían ver su población duplicada. Para entonces, La Muela debería haber encontrado ya un modo de gestión eficaz y poseer unas redes a la altura de la creciente población a la que abastecerá.