El alcoholismo, una seria amenaza
29/05/2013 - 00:00
En las consabidas repercusiones, tanto directas como indirecta para la adolescencia, el uso abusivo de bebidas alcohólicas entre los jóvenes es una lacra de difícil solución en la sociedad actual y una asignatura pendiente para quienes tienen una responsabilidad mayor en aportar soluciones, donde están incluidos en lugar preferente los padres y las autoridades encargadas de orientar a los jóvenes y de mantener el orden público, también de alguna manera el resto de la población. La nueva campaña de la FAD (Fundación de ayuda a la drogadicción) ha elegido un eslogan que es más que un consejo: Cada vez que te emborrachas te separas de las cosas que más te importan.
Y es que se está convirtiendo en un hábito entre los jóvenes el hecho reprobable de emborracharse, hasta el punto de que en los últimos años un 35% de estudiantes, comprendidos entre los 14 y los 18 años, reconocen haberse emborrachado alguna vez durante el último mes; recuento en el que entran también las chicas, si bien, ellas consumen alcohol con menos frecuencia que los muchachos.
El hecho en sí, grave por naturaleza, no es otra cosa que el reflejo en los que se abren a la vida de lo que es la sociedad en la que viven, un paso peligroso hacia adelante en la falta de valores éticos y morales que están poniendo en peligro a los países más avanzados, marcando una perspectiva fatal si antes la sociedad y los gobiernos, los gobiernos y la sociedad, no se plantean la urgencia de cortar por lo sano esa gangrena que continúa desarrollándose al mismo ritmo en el que vemos crecer la inseguridad y la pobreza. El consumo indebido del alcohol -puerta de entada hacia otra clase de drogas- comienza antes de los catorce años y no acaba nunca, salvo un esfuerzo ímprobo por parte del afectado que muy pocos están dispuestos a poner en práctica hasta su término con todas las consecuencias.
El consumo de bebidas alcohólicas es ilegal en los adolescentes. La mayor parte de los países prohíben su uso descontrolado antes de los dieciocho años, y en algunos hasta después de los veinte. Las consecuencias del empleo abusivo de la más común de las drogas son infinitas, figurando entre las principales el habituamiento o dependencia, produce obesidad, cirrosis y otras enfermedades, envejece la piel, debilita la memoria y la capacidad retentiva, como más directas; como consecuencias indirectas: aumenta considerablemente el número de accidentes de tráfico, la falta de control en la personalidad del adicto, incita a la violencia, es motivo de un problema grave sin solución en las familias, y otras tanta consecuencias más que cada lector puede añadir a la lista por su naturaleza inacabable. Una importante autoridad japonesa aportó hace unos días como solución a las muchas violaciones que a diario se producen en su país, que un eficiente modo de evitar gran parte de ellas sería que las mujeres consuman menos alcohol. La idea, que en principio produce perplejidad, no me parece descabellada. se perforarían hasta 5.000 metros de profundidad para luego explorar horizontalmente.