El asador de pollos
04/01/2011 - 00:00
Cascos, y un asador de pollos de Marbella que se niega a cumplir la Ley antitabaco tienen algo en común: ambos nadan contra la corriente. Y eso que Cascos de salmones que van contra la corriente sabe un montón puesto que en numerosas fotos le hemos visto pescándolos en un río. Lo que no ha calculado Cascos es que la fuerza del agua siempre viene de parte del que manda, y que un salmón que va por libre en política no tiene una vida muy larga.
Ya decía José Bono que para ser diputado no era necesario mostrar una trayectoria de gran altura, "basta con ser amigo de Soraya o de Blanco". Pues eso es lo que le ha fallado a Cascos, que no es amigo de Soraya. El que fuera alcalde de Granada por el PP, Gabriel Díaz Berbel, se ha posicionado junto a Cascos pero con un punto de ternura, afirma que "los candidatos se designan en los restaurantes". Claro, ahora y antes, igual. Lo menos parecido a un mecanismo democrático es la maquinaria de un partido cuándo se trata de confeccionar sus listas, entonces se vuelven de lo más huraño y cavernícola. Cuando empezó el formato de "Gran Hermano" en España le preguntaron a un directivo de televisión qué influencia tenía el voto telefónico de los espectadores y soltó una de las perlas del pasado milenio: "Algo cuentan pero comprenderá que un negocio de tantos millones de euros no lo vamos a dejar en manos del público". No pudo ser más sincero.
Puesto que la banca siempre gana y las maquinarias de los partidos nunca pierden, podremos entender mejor qué le ha pasado a Cascos con un factor de perversidad añadido: él conoce mejor que nadie cómo funciona el engranaje porque tuvo en sus manos el "botón rojo". Bien que se lo ha recordado Alejo Vidal-Quadras al que laminó siendo candidato por Cataluña. Los aparatos son tan firmes como un escuadrón de la caballería prusiana y desfilan con igual delicadeza, a la vista están los resultados.
Por lo tanto a Cascos sólo le queda refugiarse en el asador de pollos de Marbella y declarar aquel lugar como cantón independiente, incluso fumarse un puro para ir en contra de Leire Pajín. Pero su gesto no va a pasar de un par de portadas y luego irá directamente al olvido. Otra cosa es la conciencia de quienes le han laminado dentro del PP, pero hay gente que lleva tiempo operada de ese músculo incómodo que te lleva a tener buenos sentimientos y dolor de corazón cuándo cometes una tropelía. Este punto debía conocerlo Cascos cuando pudo optar por el abandono y el silencio, y sin embargo prefirió empezar el año con una despedida (la suya). Igual que otros se quitaban del tabaco él se quitó de pagar la cuota del partido. Ya lo decía Lola Flores: "Si me queréis irse".