El balance de un primer año
01/10/2010 - 09:45
Editorial
Se cumple un año desde que Carlos Sanz se convirtiera en delegado territorial de la Junta en Molina de Aragón. Ya en las primeras semanas de funcionamiento, la Delegación tramitó más de 250 documentos, lo que venía a ratificar la necesidad real de que esta comarca tuviera una infraestructura que la acercarse a la Administración regional.
Tras éste se encontraba otro de los principales objetivos de la Delegación de Servicios de Junta, que era el de conocer, de primera mano, los problemas de la comarca (objetivo que se cumplía, desde su gestación, con el nombramiento de Sanz, oriundo del Señorío). Según se recogía en el Decreto 2/2009, de 07101/2009, por el que se creaba con carácter excepcional esta Delegación, su existencia está sobradamente justificada debido a la especial orografía del Señorío de Molina, las singulares pautas de dispersión poblacional y la lejanía al centro administrativo provincial, en este caso la ciudad de Guadalajara. No hay que olvidar que el Señorío tiene unos 66 municipios, 107 núcleos de población, 3.678 kilómetros cuadrados de extensión y una bajísima densidad de población que lo convierten en un desierto demográfico con 3,15 habitantes por kilómetro cuadrado. Por eso, era más que necesario un acercamiento de la Administración, un punto de contacto que sirviese para impulsar la coordinación de los servicios prestados por las diversas unidades administrativas dependientes de las consejerías y de los organismos autónomos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. La iniciativa, que no era pionera pues ya existía una delegación de estas características en Talavera, ha venido a demostrar que esta comarca empieza a tener su oportunidad de desarrollo gracias a apoyos, como este, que parten de las administraciones. Doce meses y 3.394 gestiones realizadas vienen a demostrar que la oficina, no sólo era necesaria, sino que se ha convertido en algo imprescindible para hacer más fácil la vida de los molineses.