El 'brote' verde es ahora Rubalcaba
El nuevo "brote verde" es ahora Alfredo Pérez Rubalcaba, con más coche oficial que casi años a sus espaldas. Pero ha durado una encuesta y acabará por socarrarse en cuanto caiga la nueva palada de parados el viernes, que es cuando sale la encuesta de población activa acercándonos sin pausa a los cinco millones.
Se han cargado al saco terrero, Maria Teresa Fernández de la Vega, y lo han fiado todo al AGIPROP, la tensión y una foto del fin de ETA que Blanco ya va enseñando por los mítines. Zapatero en el Comité Federal, sus diputados por los pasillos, su voceros por los micrófonos y los que se juegan el cargo y el sueldo se manifiestan ilusionados con el cambio, eufóricos casi siguiendo la estela del subidón que le ha vuelto a pesar al presidente, por haber comprado los votos del PNV a precio España y creerse que su espantada hacia el pasado es la solución a estarse quedando sin tiempo y sin futuro.
Esto que les sucede no es nuevo en los partidos al borde de los abismos electorales. Se agarran al primer espejismo, a la ilusión óptica del agua y se ponen a vender el falso oasis a grandes voces. Es lo que ha sucedido estos días de atrás y lo que es muy posible sigan escenificando en los mítines con es Blanco a plumero descubierto diciéndonos lo bien y unida que está España. Cuando la catástrofe por los hechos amenaza se pretende convencer y convencernos de que la cuestión es que no saben explicarse. Que es cosa de comunicación. Y en eso andan, comunicando y comunicando. Pero lo que ellos comunican no es lo que la gente siente y lo que le importa. Al Gobierno son los hechos los que le han doblado y no esta o la otra manera de contarlos o de hacer creer que es blanco, ya esta otra vez Pepiño, lo que es más negro que el paro.
El personal no está para pantomimas y representaciones. Y eso es lo que dicen las encuestas sean estas de opinión o sean mediciones del desempleo, que esa sí que resulta ser la encuesta sobre el estado de ánimo nacional.
En el escenario, esa es su intención, quieren colocar de nuevo a ETA. Y el problema que es de Estado lo convierten de nuevo en una prisa electoral. Lo necesitan como baza y eso, en si mismo, es dársela de nuevo a los terroristas. Empieza a asomar la verdadera estrategia. Volvemos a la andada. Si suponen que con unas palabritas buenas de Batasuna ya es suficiente para que los etarras sigan en los ayuntamientos, donde les dejaron colarse, será la prueba del nueve. Y será, se escenifique lo que quiera, un nuevo retroceso hacia lo que habría de ser, con paciencia y sin atajo, el único objetivo: la derrota total de ETA. No la foto.