El cálculo de la limosna
12/01/2011 - 00:00
El cálculo de las pensiones de jubilación es tan oscuro e intrincado porque se necesita que el trabajador cobre poco una vez efectuado ésta. Los que suponen que en la actualidad es necesario haber cotizado un mínimo de 15 años para percibirla, se equivocan: el que tal hace, esto es, pagar a la Seguridad Social durante tres lustros religiosamente, recibe hoy una limosna que consiste en el 50 por ciento del sueldo base declarado, menos las reducciones contempladas en ese cálculo torticero. Más si eso ocurre ahora, ¿qué no pasará cuando se materialice la brutal "reforma" del Gobierno que ya andan tratando de asimilar los sindicatos? En un país donde la economía sumergida (pero no menos real ni dinamizadora que la flotante) ocupa casi a un tercio de la gente, y donde los autónomos son legión porque las empresas ajenas para las que en realidad trabajan no quieren compartir con ellos el esfuerzo de mantener la Seguridad Social, elevar a 37 ó 40 años el tiempo mínimo de cotización para recibir una pensión digna, cual pretende el Gobierno, equivaldrá no a la creación de un ejército de pobres de solemnidad, sino al retorno a los ominosos tiempos en que los jubilados componían un ejército de pobres sin solemnidad ninguna, pues no es solemne, sino insoportable, la miseria que resulta de haber dedicado toda la vida al trabajo honrado.
Andan peleándose aparentemente los sindicatos con el Gobierno por un quítame allá ese coeficiente del cálculo infame, pero no por el cálculo. En esto, verdaderamente, no hay nada que calcular: a simple vista se ve si un hombre o una mujer se han matado a trabajar desde chicos, cotizando o no (a los autónomos parados no les llega para cotizar), o si, por el contrario, se han dado al parasitismo y a la vagancia en cualquiera de las muchas modalidades del país. Al que ha currado, y con ello y en las medida de sus posibilidades ha contribuido a construir, poco o mucho, lo que hay, no habría de concedérsele una jubilación del 100 por ciento, sino del 150 o del 200, pues el que curra en España suele percibir, durante su vida laboral, un sueldo miserable. ¿Qué de dónde se sacaría para pagar eso? Todo el mundo lo sabe.