El camino de la huelga

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

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El comentario
Julia Navarro / Periodista
Los sindicatos han anunciado que habrá huelga general a la vuelta del verano. Cabría preguntarse que por qué no ahora y, seguramente, entre las respuestas posibles está el reciente fracaso de la huelga de funcionarios. El caso es que UGT y CCOO no están pasando su mejor momento respecto a la opinión que de ellos tienen los ciudadanos y, siento decirlo, pero la culpa es exclusivamente de ellos.
Vaya por delante lo obvio: los sindicatos son una parte importante del sistema democrático, de manera que está de más afirmar que son necesarios. Ahora bien, los sindicatos tienen la obligación de cumplir con el papel que tienen asignado en el sistema y que no es otro que la defensa de los trabajadores. Para ello, deben de mantener una actitud vigilante con el poder y, al mismo tiempo, ser capaces de sentarse y llegar a acuerdos.

Nuestros sindicatos, los dos grandes sindicatos, UGT y CCOO, fueron así durante muchos años, pero en los últimos tiempos yo diría que coincidiendo con la llegada de Zapatero a la Moncloa olvidaron su razón de ser. De Cándido Méndez se ha dicho que era un ministro en la sombra y de los líderes de CCOO que bailaban al son de Zapatero. El caso es que nuestros sindicatos pecan de la dependencia económica del Gobierno. No son libres porque reciben cuantiosísimas subvenciones, de manera que terminan siendo una prolongación del poder.

Zapatero siempre ha presumido de estar en sintonía con los sindicatos y les ha halagado hasta el infinito en forma de subvenciones y prebendas, y los sindicatos se han dejado hacer, pagando estas prebendas con su visto bueno a Zapatero. Ahora, nuestro presidente ha dado un giro de ciento ochenta grados a su famosa política social y los sindicatos, por vergüenza torera, no tienen más remedio que oponerse, pero carecen de credibilidad. De ahí el fracaso de la huelga de funcionarios, y de ahí que los responsables sindicales no las tengan todas consigo con la convocatoria de una huelga general.

Los sindicatos volverán a ser fuertes el día en que se financien con la cuota de sus asociados y las subvenciones que reciban sean mínimas. Ese día podrán alzar la voz y hacer valer sus poderes. Claro que algunos de los que critican que reciban subvenciones son partidos de la derecha, léase el PP, que, sin embargo, también cobra las suyas como el resto de los partidos.

Mientras, la huelga general se dibuja en el horizonte sin saber si llegará a cuajar. De aquí a la vuelta del verano pueden pasar muchas cosas y quién sabe si al final deciden desdecirse sobre su propia convocatoria. Hoy por hoy me parece a mí que lo más urgente es que recuperen credibilidad, que los trabajadores y los parados piensen que realmente los sindicatos defienden sus intereses.