El chapuzón en Torija, sin picor en los ojos

Los baños en la piscina son memorables. ¿Quién no recuerda pasar un día entero con toda la familia, con los bocadillos, las tortillas de patata y los filetes empanados? ¿Las cocacolas en la nevera, siempre fresquitas? ¿Las horas y horas bajo el sol, sin crema protectora? Los tiempos han cambiado tanto que ahora, la mayoría –afortunada– tiene piscina en la urbanización, por lo que no hace falta pasarse el día entero para amortizar la entrada. Además, en el bar se puede comer de menú, y los refrescos están mejor si te los sirven en vaso de cristal. La crema solar es más que imprescindible, si se quiere evitar, problemas graves de salud. Parece que nada es como era... ni siquiera los picores de los ojos. Y es que el cloro, el tan odiado pero a la vez tan querido componente químico, parece que tiene los días contados.